En el Distrito Federal, un total de 2 mil 504 personas han ejercido su derecho a decidir que no se les apliquen tratamientos o procedimientos médicos que prolonguen su vida de manera innecesaria, cuando se encuentren en la etapa terminal de alguna enfermedad, informó el titular de la Secretraía de Salud local, Armando Ahued Ortega, tras anunciar la puesta en marcha del programa La salud hasta tu casa.

Al conmemorar la promulgación de la Ley de Voluntad Anticipada en su sexto aniversario, explicó que llevar los cuidados paliativos a los domicilios de los enfermos en fase terminal evita que estén innecesariamente en hospitales, donde corren más riesgos de infectarse y morir, y puedan pasar los últimos días de su vida al lado de sus familias, lo cual también implica un ahorro económico.

Mantener a un paciente en terapia intensiva cuesta en promedio 30 mil pesos diarios, lo cual no aguanta la cartera del sector público, ni de las familias, por lo que se capacitará a 300 médicos para atender a esos pacientes en sus casas y disminuir su sufrimiento, permitiendo además el apoyo emocional a la familia, señaló.

Acompañado por el presidente del Colegio de Notarios, Ignacio Morales Lechuga, y la encargada del programa, María de la Cruz Medina Mora, señaló que se trabaja para que la Ley de Voluntad Anticipada se incorpore a las jornadas testamentarias y la gente no sólo regularice sus bienes patrimoniales, sino también decida cómo morir. Agregó que ese trámite tiene un costo de mil 200 pesos, aunque para los adultos mayores, jubilados y pensionados se reduciría a 800.

Comentó que con la secretaria de Desarrollo Social, Rosa Icela Rodríguez, se buscará que los adultos mayores interesados en acogerse a este programa destinen 50 pesos mensuales de su pensión alimentaria para cubrir el costo, y quienes lo hayan hecho lo informen a sus familiares para solicitar su aplicación, cuando se dé el caso.

La implementación de esta ley, que se ha repetido en algunos estados de la República, como Nuevo León, destacó, frenó el tema de la eutanasia, que para la ética médica es muy complicado y ha permitido en dos años cuadruplicar el número de documentos suscritos, pues es una buena posibilidad para los enfermos en etapa terminal.

Morales Lechuga y Medina Mora explicaron que ante notario público han firmado 2 mil 278 personas, de las cuales 65 por ciento son mujeres, 49 por ciento de las cuales aceptaron donar sus órganos; 87 por ciento son capitalinos, con edades que fluctúan entre 61 y 70 años, y tienen estudios universitarios. El año pasado firmaron 36.8 por ciento del total.

Otros 226 lo hicieron en una hoja en blanco en hospitales públicos y privados, e instituciones de salud, siendo en 58 por ciento de los casos mujeres y el resto hombres con edades de 51 años de edad y más. En 2013 se firmó la mitad de estos documentos, precisó Medina Mora.

El director de la Clínica del Dolor del Instituto Nacional de Cancerología, Ricardo Plancarte, señaló que el programa de salud a domicilio ayudará a reducir los costos de hospitalización entre 40 y 60 por ciento; mientras, la Ley de Voluntad Anticipada fomenta la donación de órganos, optimiza costos y ofrece a la comunidad una mejor y digna atención para bien morir.