Viernes 17 de enero de 2014, p. 4
(para Juan Gelman, in memoriam)
En este mediodía del Sur/ después de un astro/ como una luna bermeja/
el verano soltó sobre callejones avenidas estadios/ grupos de sencillos árboles/ una súbita sequedad/ sin dar aviso. / Algún viento extraviado empujó/ desde un sitio cualquiera/ esas moléculas plumas escamas pieles cáscaras/ parecidas a una sutil suciedad/ que nadie ve./ Así el verano es un cadáver de aire:/ las lluvias sedientas que pasaron por aquí/ ya han cruzado las ondas/ del río más grande que el mar:/ en él aún respira el horror oxidándose / de un tiempo de sangre y masticadas banderas/
que los oscuros soles de hoy/ quieren deshacer y borrar./ Pero siempre
estará cantando el hijo muerto/ en tus palabras Juan.
Montevideo, 15 enero 2014