Tancítaro, Mich., 16 de enero.

Los grupos de autodefensa iniciaron en esta cabecera municipal la entrega de 25 huertas de aguacate que les fueron despojadas a igual número de propietarios por la organización criminal La familia michoacana (que después cambió el nombre a caballeros templarios). La superficie total recuperada es de 265 hectáreas.

El acto se llevó a cabo en la plaza pública de Tancítaro, población de 5 mil 400 habitantes que fue tomada por las guardias comunitarias el pasado 17 de noviembre.

Los afectados por el despojoy subieron al templete para ofrecer sus testimonios. En el estrado estaban el coordinador del Consejo de Autodefensas de Michoacán, Estanislao Beltrán Torres, y el Comandante Cinco, o Beto, quienes aclararon que el único objetivo de la existencia de los grupos que dirigen es acabar con Los caballeros templarios, ‘‘dentro y fuera de Michoacán’’, enfatizó el segundo mando.

Una de las narraciones más impactantes fue la de la familia Cevallos, a seis de cuyos integrantes asesinaron para quitarles sus tierras. Alfonso, el único sobreviviente, comentó que el 27 de octubre de 2012 los criminales ultimaron a sus hermanos Adrián y Édgar. Casi un mes después a su padre Alonso y el 7 de diciembre de ese año a otro de sus hermanos y dos tíos.

Los criminales les arrebataron cinco huertas ubicadas en Cuaramo, El Arapo, Charapóndiro, El Arenal y Cuinio, con una superficie total de 124 hectáreas. Como en los otros casos citados, los delincuentes no los obligaron a firmar documento alguno, simplemente dijeron que ‘‘les gustaban’’ las huertas.

Alonso llevaba del brazo a su madre, quien se mostraba visiblemente afectada por la desaparición de su familia. A un costado de la plaza está su casa, la que visitan poco porque después de la tragedia decidieron mudarse, aunque donaron un predio para que el gobierno construya un hospital u otro inmueble de beneficio social. Dijo que no logran superar el daño ‘‘porque si sólo se hubieran quedado con la tierra sería lo de menos’’.

Secuestro y muerte

Uno de los vecinos de Condémbero, comunidad ubicada a unos ocho kilómetros de la cabecera municipal, en dirección a San Juan Nuevo, comentó que unos días antes de que entraran los autodefensas la hija del pastor fue secuestrada y dos días después la encontraron muerta; ‘‘lo más indignante es que después llamaron para pedirle el rescate’’.

Jesús B. Cortez, un tercer participante, comentó que él decidió formar parte del grupo de autodefensa de Tancítaro porque secuestraron y asesinaron a su hijo. ‘‘Pedían mucho dinero y para vender propiedades lleva tiempo. Fue hace unos cuatro años, se hacían llamar La familia michoacana, ahora caballeros templarios, pero son lo mismo; lo único cierto es que son asesinos sanguinarios’’.

Ramón comentó que en 2009 secuestraron a su hijo de 10 años, después a su esposa y a él. Decidimos darles nuestra propiedad, pero lo cierto es que siente uno impotencia.

Tancítaro es el principal municipio productor de aguacate en Michoacán, sólo para exportación, cuenta con 17 mil hectáreas sembradas y aporta más de 650 mil toneladas al año. El problema de cobro de cuotas, secuestros, extorsiones y homicidios lo tienen otros municipios que también producen el fruto, como Uruapan, Ario de Rosales, San Juan Nuevo y Peribán, entre otros.

Beltrán Torres pidió al procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, la liberación de sus compañeros, los más de 40 que fueron detenidos hace algunos meses en el municipio de Buenavista Tomatlán, y los más de 20 de Aquila que se encuentran presos en Veracruz y Morelia.

“Muchos de ellos ni armas portaban y sus familias nos piden que los dejen libres porque son gente de bien, la mayoría cortadores de limón’’, narró.

Dijo que están dispuestos a colaborar con las fuerzas federales, porque sin ellos no podrían recuperar más municipios sometidos a la delincuencia, ‘‘pero tampoco pueden vencer al crimen sin nosotros’’.

El Comandante Cinco comentó que el único fin de seguir en este movimiento es liberar los 113 municipios de Michoacán o de estados vecinos donde se pudieran esconder los criminales; ‘‘después entregaremos las armas, nosotros también queremos regresar a nuestras casas’’, concluyó.