Las vacunas son para prevenir y salvar vidas. Eso es lo que se debe entender de cualquier producto de este tipo, incluida la de influenza, y transmitir a la sociedad los riesgos que se evitan con su aplicación.

Esto no se hace en México, y es lamentable, porque las personas carecen de la información completa y por eso hasta se niegan a vacunarse, afirmó Demóstenes Gómez Barreto, infectólogo pediatra, asesor del Hospital Infantil de México (HIM) Federico Gómez.

Advirtió que la situación que atraviesa el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), con 90 por ciento de ocupación y la mitad de sus pacientes hospitalizados con influenza –ninguno de éstos vacunado– (La Jornada 16/01/14), debería ser una llamada de atención para fortalecer la campaña nacional de prevención.

En Estados Unidos, señaló el especialista, las personas conocen todo lo relativo a la enfermedad: su origen, tipos de virus, prevalencia, número de muertos y los factores de riesgo para la presentación de complicaciones graves.

En cambio en México, señaló, lo único claro es que la vacuna está disponible, pero sin el resto de la información no tiene el impacto esperado. Respecto a las estadísticas, el viernes pasado la Secretaría de Salud (Ssa) emitió apenas un primer reporte, en el que confirmó el deceso de una persona a causa de influenza. Sin embargo, en los días recientes en varios estados se ha informado de más fallecimientos.

En entrevista, Gómez Barreto destacó que las personas con enfermedades previas están en mayor riesgo de sufrir alguna complicación grave. Eso ocurrió en la pandemia de abril de 2009, y sigue pasando, apuntó. Es el caso de quienes viven con diabetes, hipertensión arterial, son obesos, fumadores o padecen de alguna afección respiratoria crónica (asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica), entre otros.

Por separado, Sarbelio Moreno, jefe de Infectología del HIM, explicó que aun los individuos sanos pueden llegar a tener complicaciones severas e incluso poner en riesgo su vida a causa del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica.

Es un fenómeno, dijo, que también fue muy frecuente en 2009. Consiste en una respuesta exagerada del organismo ante la presencia de virus o bacterias, la cual ataca a estos agentes patógenos, pero también afecta órganos como los pulmones, e puede incluso generar daño permanente y/o letal.

Respecto a la vacuna, el especialista comentó que es un producto seguro. Se elabora con fracciones del virus de influenza inactivados y sólo se toman las proteínas que protegen contra la infección, por lo que no pueden causar enfermedad.

Señaló que las reacciones adversas del biológico son de leves a moderadas, pero nada que contrarreste los beneficios. Las personas vacunadas se protegen en alrededor de 70 por ciento, lo cual significa que cualquiera de los tres tipos de influenza que contiene el producto (A/H1N1, H3N2 y B) puede entrar al organismo pero no provocar enfermedad, y en otros casos sí hay la infección, pero sin riesgo de complicaciones graves.