Desde 1939 cumple su misión fundacional: investigar, conservar y difundir
la herencia cultural
Hallazgos como los de la Piedra del Sol, la Coyolxauhqui, la tumba de Pakal y de la Reina Roja, entre los momentos más importantes del instituto
Ha colocado al país en el primero de América Latina con el mayor número de sitios inscritos en la lista de patrimonio mundial de la Unesco
Lunes 20 de enero de 2014, p. 7
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cumplirá en breve 75 años de ser referente en la custodia y salvaguarda del patrimonio cultural del país.
A lo largo de las décadas, el INAH ha difundido el hallazgo de relevantes monumentos prehispánicos, ha proyectado los trabajos y aperturas de zonas arqueológicas, ha propiciado estudios etnográficos en regiones indígenas y ha sido pieza medular en la organización de importantes exposiciones internacionales, entre otros proyectos académicos, científicos, antropológicos y subacuáticos.
El INAH, creado por mandato del presidente Lázaro Cárdenas el 3 de febrero de 1939, con Antonio Caso como su primer director, rescata la memoria de los mexicanos. Sin la presencia del instituto, sus investigadores, especialistas y trabajadores, la historia de México no sería la misma.
Los momentos de mayor envergadura de esta institución académica-científica han sido diversos –sin mencionar las polémicas y conflictos internos– y se nutren de la misión fundacional de investigar, conservar y difundir el vasto patrimonio cultural de México
.
En el año de 1932, el mismo Antonio Caso descubrió la emblemática Tumba 7 de Monte Albán y realizó la identificación étnica de los zapotecos y mixtecos prehispánicos.
En la memoria de los mexicanos existe imborrable la legendaria Piedra del Sol o Calendario azteca, una de las piezas emblemáticas que resguarda el INAH, descubierta en el Zócalo capitalino el 17 de diciembre de 1970 y luego de varios traslados, la gran escultura prehispánica se encuentra en el Museo Nacional de Antropología.
Otro referente importante en la historia arqueológica es el descubrimiento del monolito con la representación de la diosa lunar Coyolxauhqui, en 1978, hallazgo que dio inicio a una serie de descubrimientos y a la fundación del Museo y zona arqueológica del Templo Mayor por Eduardo Matos Moctezuma.
El profesor emérito del INAH, también fue impulsor, en 1991, del Programa de Arqueología Urbana (PAU), el cual realiza hasta ahora la supervisión y trabajos arqueológicos en varias manzanas del Centro Histórico.
También en el Centro Histórico, en 2006, al pie del que fue el Centro Ceremonial de Tenochtitlán arrojó el más impresionante hallazgo mexica, con la monumental escultura de Tlaltecuhtli, la devoradora de todas las criaturas y Señora de la tierra, investigación que continúa en torno a este monumento el equipo del arqueólogo y director del Proyecto Templo Mayor, Leonardo López Luján.
Este descubrimiento arrojó infinidad de información sobre la cultura tenochca, pero sobresale la hipótesis de que en el área donde se halló a Tlaltecuhtli podrían estar los restos de tlatoanis mexicas.
Antes, en 1952, el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier, de origen francés, descubrió la tumba del rey Pakal, al interior del Templo de las Inscripciones, en Palenque, Chiapas. Después, en ese mismo sitio, fue hallada la llamada Reina Roja en una estructura cercana al lugar donde fue descubierta la majestuosa tumba de Pakal. Ambas tumbas han sido objeto de estudio de diversos especialistas.
También destacan en la historia del INAH las investigaciones y restauraciones efectuadas en Chichén Itza y Tulum, Quintana Roo.
Teotihuacán también ha arrojado importante información, como el túnel que se halla debajo del Templo de Quetzálcoatl o de la Serpiente Emplumada, por mencionar uno de varios importantes proyectos que se efectúan en el sitio mexiquense.
Entre otros proyectos también sobresalen los trabajos de conservación y restauración en Bonampak, en la Catedral Metropolitana así como las acciones legales para detener el saqueo, la fundación de la Fototeca del INAH y las declaratorias obtenidas en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Asimismo, al INAH se debe la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos publicada en 1972 y aún vigente.
También este año, el Museo Nacional de Antropología festejará medio siglo de existencia con el prestigio de ser el más importante y más visitado de los recintos del INAH a escala nacional. El Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec también es otro histórico lugar que resguarda el instituto, dirigido actualmente por María Teresa Franco.
El Museo Maya de Cancún es considerado el más grande y moderno edificado desde 1987, y fue construido cerca de la zona hotelera en ese punto de Quintana Roo.
En el Distrito Federal, hace unos meses, se avivó la polémica luego de que el instituto alertó sobre los daños irreversibles
ocasionados a la estatua ecuestre conocida como El caballito, de Manuel Tolsá, y detuvo los trabajos de conservación que realizó la empresa Marina Restauración de Monumentos.
Cabe destacar que la labor del INAH también se ha enfocado en ubicar a México con el mayor número de sitios inscritos en la lista de patrimonio mundial de la Unesco, los cuales a la fecha suman 31, que han colocado al país con más reconocimientos en América Latina y sexto a escala mundial, detrás de Italia, España, Francia, Alemania y China.
Actualmente, esta institución resguarda más de 45 mil sitios arqueológicos registrados y tiene abiertos al público 187 zonas prehispánicas.
El INAH cuenta con 127 museos en el país, los cuales están clasificados en nacionales, metropolitanos, regionales, locales, de sitio y centros comunitarios.
Además, tiene dos escuelas nacionales, una dedicada a la formación de especialistas en las disciplinas arqueológicas, antropológicas e históricas, y otra especializada en la restauración y conservación del patrimonio cultural, además de una regional, en Chihuahua enfocada a la historia y la antropología.