Los nuevos impuestos podrían perjudicar inversiones, considera
Lunes 20 de enero de 2014, p. 27
El crecimiento económico de México en 2014 obedecerá a factores inerciales, ya que los efectos de las reformas estructurales se verán hasta 2015, luego de que se aprueben este año las leyes secundarias, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
De acuerdo con un análisis del organismo, lo único que explicará el crecimiento del PIB mexicano este año será la ausencia de factores que debilitaron la actividad económica en 2013, como el subejercicio en el gasto público, problemas de desabasto de gas y falta de crecimiento en el sector de la construcción.
El Ceesp recordó que tanto la Secretaría de Hacienda, como la OCDE y la mayoría de los especialistas en economía del sector privado prevén que este año el PIB tenga un avance de entre 3.9 y 3.4 ciento, y mencionó que buena parte del contexto en el que se basan dichos pronósticos se relaciona con el efecto que tendrán las reformas.
No obstante, puntualizó que tal supuesto podría no ser tan sólido, si se considera que primero se deben aprobar las leyes secundarias de las reformas, lo que deja su efecto no para este año, sino que estaríamos observando algunos de sus beneficios reales a partir de 2015 y posiblemente después, en el caso de la reforma energética
.
Explicó que la ausencia de factores que debilitaron la actividad económica el año pasado será lo que motive el crecimiento económico durante 2014.
Además de los factores mencionados, puntualizó que este año no habrá cambio de base en las cuentas nacionales que incidan en el ritmo de avance del PIB y, por el contrario, se espera que la economía de Estados Unidos recupere su dinamismo, lo que incidiría positivamente en la actividad productiva de México.
Entonces el ritmo de crecimiento que se espera estaría reflejando sólo un comportamiento inercial, lo que hace más urgente acelerar los ajustes que faltan para estimular el sector productivo, el empleo y el bienestar de la población
, sostuvo.
Entre los riesgos que se prevén en el panorama económico para este año destacó los nuevos impuestos sobre utilidades en bolsa, dividendos, regalías, ganancias del sector minero, sobre bebidas azucaradas, así como a alimentos chatarra
y comida para mascotas, además de la homologación de la tasa de IVA en la frontera, y la supuesta eliminación del régimen de consolidación fiscal (que en realidad sólo cambió de nombre).
Según los empresarios, dichos cambios podrían tener una incidencia negativa sobre la inversión, lo que inhibiría un mayor dinamismo productivo y la creación de empleos formales bien remunerados.
De acuerdo con un análisis del Tecnológico de Monterrey, el dinamismo del crecimiento económico para este año podría verse moderado por la disminución de la actividad industrial en noviembre.