Premiar la explotación
n la revisión de correos descubro, además de la multiplicación de amigos semi o de plano desempleados, uno firmado por Hildegard Albrecht Sotomayor, de obligada divulgación por sus ubicadores señalamientos para seguir identificando a los incontables enemigos embozados e incluso a asesinos elegantes de la ciudadanía, titulado Fumarola premio Nobel de Economía
, que dice:
“Es que no es un premio a ningún avance en la teoría económica; es un premio al refinamiento de la especulación. Este galardón espurio (no es un Nobel auténtico) lo concede el Casino Global a quienes le hacen el caldo gordo a sus manipulaciones, no a quienes aportan algo al desarrollo de la humanidad. A mi entender han sido elegidos para premio Nobel de Economía tres gurús para las altas finanzas, capaces ellos de predecir peligros, riesgos, cracs, burbujas y qué sé yo… ¡todo a futuro!”
“Sin duda de gran utilidad para el mundo, pero para el mundo de las finanzas. Estos tres gurús podrán orientar con su visión y su sabiduría a quienes juegan a la bolsa y tienen que saber colocar sus inversiones, cuánto, dónde y en qué momento. ¿Pero de qué le sirven al ciudadano común y corriente?
Inocentemente creí que los premios podrían caer en Islandia por sus innovaciones en la economía de ese país, o en un oaxaqueño cuyo nombre no recuerdo y que con su largo proyecto individual de reforestar grandes extensiones de la sierra de su estado natal ha modificado favorablemente el clima y la economía de muchos oaxaqueños. Pero no, mejor se decidió premiar a quienes puedan proteger a los pobrecitos, vulnerables y desamparados inversionistas para que no caigan víctimas de los vaivenes del mundo financiero. Y es que antes que el bienestar (de la mayoría) hay que salvaguardar el dinero (de algunos). Y que me perdonen los fumarolenses si mi enfoque del Nobel de Economía está definitivamente fuera de foco. Mi ignorancia no anda en burro; mi ignorancia, ¡a veces vuela!
En efecto, los estadunidenses Fama, Hansen y Shiller obtuvieron el Nobel de Economía 2013 por sus estudios sobre el precio de los activos financieros
. Si bien el Nobel de Economía, cuyo nombre original es Premio de Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, fue instituido en 1968 por el Banco de Suecia, que lo financia, y único de los seis galardones que no designó el inventor sueco, por lo que es un premio a las utilidades de pocos.