an surgido algunas voces de alarma sobre el número creciente de infecciones provocadas por el virus de la influenza A/H1N1 en la actual temporada invernal en México. También hay quienes le restan importancia y dicen que no debemos preocuparnos, pues todo está bajo control. ¿Qué pasa realmente?
De acuerdo con el reporte más reciente de la Organización Mundial de la Salud (13 de enero de 2014) la influenza se ha incrementado de manera notable en las semanas recientes en el Hemisferio Norte, siendo el virus de influenza A/H1N1 el subtipo predominante en Norteamérica; en China también se ha incrementado este padecimiento siendo los subtipos predominantes el A/H1N1, A/H3N2 y B. En el resto del Hemisferio Norte y en el Sur la actividad de influenza es variable o se mantiene baja.
Entre el 8 de diciembre y el 28 de diciembre de 2013 –dice el reporte– los laboratorios nacionales de 99 países examinaron 88 mil 471 muestras, de las cuales 86.4 por ciento corresponden a virus del tipo A y de este conjunto 67.2 por ciento corresponde al A/H1N1. Los datos anteriores muestran sin lugar a duda que en la actual época invernal se han incrementado los casos de influenza en el Norte siendo el virus predominante el A/H1N1, el mismo que ocasionó la pandemia en 2009.
En Estados Unidos las muestras examinadas desde el primero de octubre de 2013 han permitido caracterizar antigénicamente los virus asociados a la influenza en ese país, siendo el A/H1N1 el predominante (88 por ciento). Desde esa misma fecha el número de hospitalizaciones asociadas a influenza ha sido de 3 mil 745, de acuerdo con el reporte más reciente de los centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) fechado el 11 de enero de 2014.
Un dato interesante es que normalmente en la temporada invernal la mayor frecuencia de hospitalizaciones se presenta en niños menores de 5 años y adultos mayores de 65. No obstante, este perfil comienza a cambiar en Estados Unidos, pues en la actualidad 61 por ciento de las hospitalizaciones se están presentando en el grupo de edad de entre 18 y 65 años, lo que corresponde con el patrón que fue observado durante la pandemia de 2009.
Pero, ¿qué pasa en México?
En nuestro país, el comportamiento de la influenza en esta temporada invernal es preocupante sobre todo si se comparan los datos actuales con lo que ocurrió hace exactamente un año. De acuerdo con el pasado reporte semanal de la Dirección General de Epidemiología de la Secretaría de Salud (corte al 16 de enero de 2014), los casos confirmados de influenza muestran un incremento de 105.9 por ciento respecto de la misma fecha de corte de 2013 y ¡un incremento de 433.3 por ciento en el número de defunciones confirmadas a influenza! Estamos ante cifras oficiales. Lo siento mucho (como algunos dicen: con todo respeto
para quienes niegan la gravedad de este problema), pero yo creo que un aumento en el número de muertes por influenza superior a 400 por ciento sí es un motivo de preocupación.
Los estados con el mayor número de enfermos hasta ahora son San Luis Potosí, Aguascalientes, México y Nuevo León que en conjunto acumulan 63.5 por ciento de los casos confirmados de influenza. Las pruebas realizadas a las muestras en las primeras tres semanas de 2014 corresponden al virus A/H1N1 en 84.2 por ciento de los casos. Como era de esperarse, el grupo de edad con el mayor número de casos positivos de influenza es el de adultos jóvenes (40 a 44 años).
¿Debemos preocuparnos por el virus de la influenza A/H1N1? Por supuesto sí. ¿Hay motivos de alarma? No por ahora, debemos esperar y observar cuidadosamente el comportamiento que tiene la enfermedad en las próximas semanas. Pero hay algo que es importante. Como lo he señalado en otras ocasiones en este mismo espacio no estamos en la misma situación que en 2009. Ahora se conoce bien al agente y se cuenta con los medios farmacológicos y de prevención para esta enfermedad.
Hoy estamos ante el mismo virus que en 2009, el cual aparentemente no ha sufrido mutaciones importantes, al menos en su susceptibilidad a los fármacos, pues, de acuerdo con las pruebas realizadas por los CDC en enero de 2014, no presenta resistencia al oseltamivir o al Zanamivir que son los principios activos de los medicamentos que se emplean habitualmente contra el A/H1N1. También se cuenta con la vacuna, aunque no es fácil encontrar el dato sobre si las personas enfermas o las que han muerto habían sido o no vacunadas.
Como sea, no hay que bajar la guardia. Las recomendaciones son: lavarse las manos con frecuencia, abrigarse bien, vacunarse y acudir de inmediato al médico en caso de presentar síntomas de gripe.