l nuevo gobernador virtual de Michoacán se concibe a sí mismo como un Pep Guardiola que va a armar desde Morelia un Barça arrollador (aunque el resto de los equipos federados sean condenados por ese desigual trato a colocarse en opciones de descenso en el torneo nacional).

Tendrá lo mejor de todo, ha presumido, pues te abren la chequera para poder contratar a los jugadores que necesites para construir este equipo y tienes la posibilidad de que todos los equipos afiliados manden a sus mejores jugadores como una selección, podemos operar con lo mejor del Ejército, lo mejor de la Marina, lo mejor de la Policía Federal, lo mejor de la procuraduría local, lo mejor de la secretaría local, lo mejor de la delegación de PGR, lo mejor de Seido. Si tienes esa ventaja, que se da muy pocas veces, entonces es obvio que tenemos todas las herramientas y condiciones para, en este caso, ganar, dijo, balompé­dicamente emocionado, al reportero de Reforma Roberto Zamarripa, el día en que subía a un avión de la Policía Federal para ir a relevar al derrotado entrenador constitucional, Fausto Vallejo. Junto a su muy ligero equipaje, el comisionado golpista llevaba Otra manera de ganar, la biografía del estratega que llevó al equipo barcelonés a ganar 14 títulos de la liga española y a deslumbrar al mundo con un mágico juego de conjunto (http://bit.ly/1jwiilc ).

Las palabras de Pep Castillo (aunque sus hijos lo consideran un Batman que se pasa los días combatiendo a los malos, según el mismo comisionado comentó), además de una frivolidad conceptual reflejan una peligrosa desproporción en el trato de la administración federal hacia los demás estados, donde no se vive con la misma intensidad el cuadro de desastre que en Michoacán pero donde en términos generales se tienen circunstancias fallidas similares. Si ahora se va a concentrar en la entidad estrella lo mejor de lo posible (en este México bizarro siempre es posible que lo mejor acabe siendo lo peor), predestinada a ganar un campeonato de seguridad pública y desarrollo social, entonces los demás estados deberán acostumbrarse a segundos planos, a forcejeos presupuestales imprácticos, a atenciones distraídas.

Las primeras consecuencias de ese manejo de la política con los pies ya se están viviendo en otras entidades (por cierto, ¿quién sería Leonel Messi al revés, en ese mundillo de ficción político-deportiva tan apreciado por el Castillo de las ilusiones restauradoras?), donde el temor al sabido efecto cucaracha se va fortaleciendo ante indicios de que las bandas desplazadas de Michoacán buscan acomodo en estados vecinos, incluso con expresiones significativas como los ataques a tiendas Oxxo y a estaciones de gasolina en territorios de donde provienen los principales personajes de la administración pública federal, el peñista estado de México (donde el gobernador Eruviel Ávila ha sido rebasado por la multiplicación de hechos delictivos, enganchado también en las tempranas ensoñaciones de la candidatura presidencial de 2018, o cuando menos de una adscripción potenciadora en el gabinete federal) y el estado de Hidalgo de donde provienen Jesús Murillo Karam y Miguel Ángel Osorio Chong.

Ayer mismo, el secretario de Gobernación detalló las acciones que junto a gobiernos estatales se realizan para prevenir un rebote de la violencia michoacana. Es evidente que el presunto aplastamiento paramilitarizado de los Caballeros templarios en sus lugares de origen los llevará a tratar de reorganizarse en otras latitudes, como ha sucedido hasta ahora en todos los casos de combate gubernamental, calderonista o peñista, pues la esencia del muy productivo negocio internacional sigue vigente y las campañas regionales sólo buscan reorganizar las cadenas productivas y los equilibrios económicos diversificados, con una evidente actuación facciosa de las fuerzas gubernamentales a favor de determinados intereses y en detrimento de otros (como el apoyo durante los sexenios panistas y en lo que va del priísta a los grupos empresariales sinaloenses, en perjuicio de competidores como Los Zetas).

Retirar fuerzas de otras entidades para construir un Barça en Michoacán es solamente un alarde temporal, en tanto el secretario cercano al Reloj Chino cumple con su libreto taimado que busca sacar las castañas templarias del fuego michoacano con las manos del gato autodefenso, y en tanto el presunto Estadista Reformador en Jefe negocia y cierra operaciones internacionales relacionadas con la riqueza energética mexicana. Peña Nieto asistirá a Davos con un menú interesante para comensales extranjeros, ofreciendo platillos de rápida entrega, tratando de aparentar que la cocina nacional está más o menos en paz, incluso con la participación de cocineros civiles adjuntos que están en proceso de dejar limpios e utilizables los trastes sucios. Un Barça mexicano, pues, aunque el torneo en realidad siga a punto de tronar.

Por otra parte, es altamente significativo el rechazo al gobierno mexicano por parte de Édgar Tamayo, condenado a muerte en Texas. Como la aplastante mayoría de los paisanos que se han asentado en Estados Unidos, Tamayo ha dicho que los servicios consulares de poco sirven, a no ser para simulaciones y eventuales lucimientos oportunistas. No quiero que meta mano en esto (su funeral, el posible apoyo económico para gastos) el mentado consulado, la verdad es que esta gente me decepciona, son puras pinches mentiras con esta gente y con la SRE que no hacen nada, escribió.

Y, mientras la lucha por el control del PAN exhibe a sus principales personajes como partícipes de diversas formas de corrupción, como los moches a legisladores que promovían recursos para presidencias municipales, y en tanto Felipe Calderón cree posible reinstalarse políticamente en el país a partir de una fundación y con la vista puesta en esa batalla decisiva por la presidencia del comité nacional panista, ¡hasta mañana!

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