Reflejo de la violencia de género que se reproduce en hospitales: especialista
El Plan Sectorial de Salud 2013-2018 contiene estrategias dirigidas a mejorar la atención
Viernes 24 de enero de 2014, p. 37
Los abusos que sufren las mujeres embarazadas durante el parto responde a problemas estructurales, el primero la sobrecarga de trabajo en los servicios de salud y las deficientes condiciones laborales de médicos y enfermeras. El segundo es el aprendizaje
personal del maltrato y la violencia de género que se reproduce en los hospitales, advirtió Raffaela Schiavon, secretaria técnica del Comité Promotor por una Maternidad Segura en México (CPMSM).
Calificó de inaceptable el maltrato que reciben las mujeres en los servicios médicos, documentado por el investigador Roberto Castro, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (La Jornada 23/1/14).
Es un problema cada vez más visible e importante que también se reportó recientemente en una investigación coordinada por Rosario Valdés, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), comentó la especialista.
En entrevista, Schiavon, también directora general de IPAS México, dijo que los abusos, humillaciones y en general malos tratos que reciben las mujeres en trabajo de parto, es un problema grave y creciente en México y América Latina. Requiere de una solución urgente, insistió.
El trabajo del CPMSM se concentra, justo, en lograr para la población femenina tres condiciones de la maternidad: que sea elegida, es decir, con garantía del pleno respeto al derecho de planificación familiar y el aborto; segura, que incluye el acceso universal a la atención de la emergencia obstétrica; y una materniidad gozosa, la cual es posible cuando la atención clínica es digna, humanizada y sin violencia.
La investigación del INSP coincide con los resultados de Castro respecto de los abusos que ocurren en las salas de maternidad. Encontró que 29 por ciento de las 512 mujeres entrevistadas en los hospitales General Doctor José G. Parres de Cuernavaca, y de la Mujer de Yautepec, reportaron alguna situación de este tipo; 19 por ciento dijo que la agresión fue verbal con frases como no grite
o no llore
, no se queje
. También recibieron comentarios humillantes y alusivos a su vida erótica y sexual.
Algunas se quejaron de haber sido ignoradas por el personal médico que debía atenderlas y 8 por ciento refirió violencia física. Recibieron también golpes en las piernas, pellizcos, compresión esternal y uso excesivo de la presión abdominal.
Schiavon resaltó que los abusos también son contra las mujeres que abortan, lo que también es inaceptable. Por eso se necesita de intervenciones para, entre otros, evitar prácticas innecesarias como las que se realizan sin la evidencia científica de su beneficio y otras que van en contra de la atención humanizada del parto.
La especialista señaló que las más afectadas suelen ser las mujeres pobres y sin educación que tienen una menor capacidad de interlocución con el personal de salud. De ahí que cualquier medida para contrarrestar el problema debe incluir acciones diferenciadas para cada sector de la sociedad.
Comentó que el Plan Sectorial de Salud 2013-2018 contiene estrategias transversales con perspectiva de género y dirigidas a mejorar la calidad de los servicios de salud. Entre otras, plantea reducir los riesgos a la salud en cualquier actividad que realicen las personas, así como cerrar las brechas existentes en salud entre diferentes grupos sociales y regiones del país.