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Se sorprendió con la aciaga realidad al participar en el programa Glorias del Deporte

El futbolista vive en una burbuja, pero abrí los ojos: Tomás Campos

El ex jugador de Cruz Azul trabajó con niños de Ciudad Juárez que vendían droga

Cuando empecé a convivir con ellos y a escuchar lo que querían me cambió la perspectiva de la vida, señaló

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Tomás Campos (derecha) durante la conferencia en que se dio a conocer el proyecto socialFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Sábado 25 de enero de 2014, p. a13

El futbolista vive en una burbuja y no se da cuenta de nada, todo lo mira muy superficial, expresó el ex mediocampista Tomás Campos, quien trabajó en el programa Glorias del deporte: futbol, escuela de vida. Se impactó de forma estrepitosa con la aciaga realidad: Hay jóvenes, niños que venden drogas, muchachas violadas, niñas de 14 años que tienen bebés....

Lejos del confort que disfrutó en sus años en Cruz Azul, cuando salía de La Noria en medio de un virtual desfile de autos último modelo, Campos, quien trabajó en la colonia Felipe Ángeles, de Ciudad Juárez –tal vez la zona más complicada y difícil de esa ciudad–, reflexiona: “Todo esto lo viví en carne viva. Yo no tenía conocimiento de qué era lo que ellos padecen, pero cuando empiezo a convivir con estos niños, a entrar al barrio en el que ellos estaban, entonces me cambia totalmente la perspectiva.

“Como futbolista profesional no te das cuenta de muchas cosas, todo lo ves por encima y crees que está bien. Este proyecto me abrió los ojos. Lo que vi me conmovió mucho, me encariñé tanto con ellos que trabajé, no tanto enfocado sólo a lo deportivo. Nos brincábamos al aspecto integral, escuchar a esos chicos y saber qué es lo que realmente querían.

“Antes, su proyecto de vida era estar casado, tener hijos, trabajar. Pensabas que la mujer era para estar en la casa, hacer de comer y cuidar niños, nada más. El 80, 90 por ciento creía eso. Y cuando el plan termina y rescriben su proyecto de vida –porque lo tienen que plasmar, escribir–, ahí me doy cuenta de que su perspectiva cambió y eso me dio mucho gusto.”

Campos confiesa: “Tuve miedo la primera vez que fui. La colonia está pegada a la línea fronteriza, hay un tramo en el que no hay barda y te puedes pasar corriendo a Estados Unidos. Tuve miedo, pero ellos me fueron arropando, fue padre, me defendían en el sentido de decirme ‘véngase profe, por acá, es por allá’. Ellos conocían el territorio y sus peligros, me enseñaron poco a poco.

“Muchas veces llegué a poner de mi dinero, porque te toca el corazón. ¡Anécdotas tengo muchísimas! Hubo muchachitos que casi se nos desmayaban porque no comían, ¡hacían una comida al día!, o en algún momento se enojaban y furiosos partían botellas para querer picar al otro muchachito... Otros vendían crack, algunos pasaban gente al otro lado...”.

Y prosigue con entusiasmo: “Ahora estoy comprometido con algo que me llena de mucha alegría, poder ver que uno puede transformar el pensamiento a un niño. Créeme que eso no se cambia por nada. Casi casi me daban ganas de adoptarlos.

“Ellos me siguen hablando, me envían mensajes. Había algunas niñas con gusto por el futbol. Al principio los varones no las querían aceptar, después entendieron que también ellas tienen derecho a hacer el deporte que les plazca, a tener planes.

“Quiero seguir en este plan por los niños que dejamos, les sigo hablando y les pregunto cómo van. Las mamás también se involucraron. Una vez hicimos la dinámica de ponerles a hacer cartas ‘a quien tú quieras’.

“El 80 por ciento escribió algo así como ‘mamá, perdóname por las cosas malas que he hecho’, y cuando las leyeron estaban llorando, porque no sabes el impacto que tuvo. Fue conmovedor. Me cimbró”, expresa.

El ex mediocampista aseguró que los jóvenes, “por medio del futbol entendieron muchas cosas: trabajar en equipo, respetar, esforzarse, convivir... Ojalá se involucren más ex futbolistas. Yo invité a Maleno Frías (quien jugó en Indios de Ciudad Juárez). Él es un ejemplo palpable: estuvo en la cárcel, fumó mariguana, pasó situaciones similares, graves.

También a Jorge Orozco, campeón con Necaxa. Ellos fueron parte fundamental para ayudarlos, porque en resumen estos chavos son muchachitos comunes y corrientes, pero su entorno y otras personas los obligan, los empujan hacia un camino malo. Es lo que queremos evitar.