os hermanos Ethan y Joel Coen no dejan de sorprendernos. Si bien han mantenido intactas su destreza formal y su sentido del humor sardónico como constante, el tema de sus películas ha variado de forma impredecible. En este caso Balada de un hombre común es, para no variar, un título inexacto pues su protagonista Llewyn Davis (Oscar Isaac) es todo menos común. Situado en el medio de la música folk en el Greenwich Village neoyorquino en 1961, durante un invierno gris, la comedia describe cómo el personaje titular trata de ganarse la vida al tiempo que sufre varios reveses personales y emocionales.
Con la estructura argumental del viaje, que antes ya les había funcionado a los cineastas (particularmente en ¿Dónde estás, hermano?, con la que guarda también un parentesco musical), la película es una odisea a ninguna parte. Davis es un loser integral que, a pesar de ser talentoso, se impone a sus conocidos y amigos con una especie de tacto de proctólogo que nadie le agradece. Siempre en busca de un sofá donde acostarse, el hombre acude, entre otros, a una pareja de folkies, cuya integrante femenina (Carey Mulligan) lo detesta porque la ha dejado preñada. En el ínterin, consigue perder al querido gato (llamado apropiadamente Ulises) de otra amistad, hecho que lo perseguirá a lo largo de la historia. Luego viaja a Chicago de gorra con la compañía acerba de un jazzista (el siempre convincente John Goodman), virtuoso para el insulto. Una visita a un experimentado productor (F. Murray Abraham) resulta igualmente infructuosa.
Para agravar las cosas, Davis reacciona mal ante las decepciones de su travesía, causando más animadversión (la película inicia con él recibiendo una golpiza, cuya razón se explicará hacia el final). Lo trágico es que no se trata de un personaje sin atributos. Llewyn Davis es un cantante talentoso cuya desgracia es que al género de su preferencia, el folk, todavía le faltan unos cuatro años para ponerse de moda. Tendrá que aparecer un joven de apellido Dylan –judío y de Minnesota, como los Coen–para revolucionar esa música.
Balada de un hombre común no es una comedia fársica como Quémese después de leerse (2008), sino que funciona más en las líneas discretas y personales de Barton Fink (1991) y Un hombre serio (2009), con los toques surrealistas y las referencias a la cultura popular, tan presentes en la obra de los Coen. Es evidente el aprecio de los cineastas por la música folk, pues el enfoque no es satírico; por lo contrario, cada interpretación de algún clásico es respetada en su totalidad. (Sólo una canción, Please Mr. Kennedy, fue compuesta de manera explícita para la película). Incluso la deslavada fotografía del francés Bruno Delbonnel –en lugar del usual Roger Deakins– está pensada para evocar los colores y el tono de la portada del segundo disco de Dylan.
Asimismo, varios personajes están basados libremente en músicos o personalidades que tuvieron su importancia en ese periodo. Por una vez, los Coen han dejado de ordeñar tanta mala leche y se han permitido mostrar un poco de simpatía por su protagonista. Llewyn Davis podría ser un derivado de Dave Van Ronk y la interpretación de Isaac, de origen guatemalteco, es una revelación de un talento cómico –y musical– hasta ahora desaprovechado por el cine. (Los memoriosos lo podrán recordar, por ejemplo, como el villano de Ágora, de Alejandro Amenábar, o desperdiciado en la horrible Cristiada, de Dean Wright).
En esta temporada es inevitable mencionar los premios de la Academia. Ya sabemos que el Óscar no es una medida confiable de calidad. Como una prueba más, ahí está el hecho de que Balada de un hombre común fue prácticamente ignorada en las nominaciones. Eso le pasa por no ser una película bienpensante.
Balada de un hombre común (Inside Llewyn Davis). D: Ethan y Joel Coen/ G: Joel Coen, Ethan Coen/ F. en C: Bruno Delbonnel/ M: Canciones varias; producción de T-Bone Burnett/ Ed: Roderick Jaynes (seudónimo de Ethan y Joel Coen)// Con: Oscar Isaac, Carey Mulligan, Justin Timberlake, John Goodman, F. Murray Abraham/ P: Anton Capital Entertainment, Mike Zoss Productions, Scott Rudin Productions. EU, 2013.
Twitter: @walyder
