Viven como arrimados
en las ruinas de su comunidad, afirman
Martes 28 de enero de 2014, p. 38
Acapulco, Gro., 27 de enero.
Más de cuatro meses después de la tormenta tropical Manuel, 66 familias del poblado Venta Vieja, arrasado por el río Papagayo, viven en la incertidumbre y la zozobra por no tener dónde vivir. Relataron que están como arrimados
, a la intemperie y en el piso, en casuchas construidas con lodo, adobe, ramas y plásticos, entre las ruinas de lo que fue Venta Vieja.
El terreno que adquirió el gobierno municipal para reubicarlos, cuatro kilómetros camino arriba, aseguran, no es apto para viviendas –cuya construcción tardaría año y medio– y carece de agua; no obstante, cinco familias se han instalado con hamacas y pernoctan entre los árboles.
Este lunes los habitantes de Venta Vieja se manifestaron en la presa hidroeléctrica La Venta para exigir que la Comisión Federal Electricidad (CFE) pague los daños provocados por el mal manejo
del embalse durante el meteoro, pues, aseguran, eso provocó que la comunidad fuera arrasada por el río Papagayo la madrugada del 15 de septiembre.
Le pedimos a la CFE que nos pague. Gente que no perdió nada está deteniendo los apoyos que necesitamos acá abajo
, acusó Vicente Zapata Cedeño, uno de los afectados.
Ambrosia Cedeño Rodríguez, de 77 años de edad, dijo que a causa de Manuel perdió tres camas, dos roperos, una televisión y un refrigerador. “¿Cómo voy a recuperarlos? Todos estamos en la pobreza, de arrimados. Otros afectados lamentaron que las autoridades no quieran ayudar ni entregar láminas
.
Natalio Zapata Ponciano, de 70 años, subrayó: No aceptamos la reubicación. La mayoría de las familias ya regresamos a Venta Vieja. La reconstrucción va para largo y necesitamos trabajar. Aquí al menos tenemos agua para sembrar
.
Los pobladores de Venta Vieja afirmaron que la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Acapulco es corresponsable del desastre, pues no permitía que se desazolvara la presa, lo que causó que cuatro de siete compuertas reventaran.
Aseguraron que los niños y adolescentes deben caminar una hora por un camino oscuro de terracería para llegar a la escuela, en el poblado Agua de Perro, donde, dijeron, son hostigados por el director de la telesecundaria, el presunto líder perredista Feliciano Cruz Santiago, quien amenaza con reprobarlos si llegan tarde y se niega a que se impartan clases en Venta Vieja.