La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó la ejecución judicial de Édgar Tamayo, en violación de sus derechos fundamentales, el pasado 22 de enero en Texas, Estados Unidos, y deploró la falta de cumplimiento de esa nación a las recomendaciones emitidas por este órgano, lo cual resultó en un grave e irreparable daño al derecho más fundamental del mexicano, que es el de la vida.

El hecho de que Estados Unidos no haya preservado la vida de Tamayo, estando pendiente una solicitud de la CIDH de revisión de su condena, contraviene sus obligaciones internacionales derivadas de la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Declaración Americana en vigor desde que ese país se incorporó a la OEA en 1951.

Édgar Tamayo fue ejecutado el pasado miércoles por el asesinato de un policía de Houston, ocurrido en 1994. En un comunicado, la CIDH recordó que el 15 de enero de este año adoptó el informe 1/14 en el cual concluyó que el no respeto por parte del Estado de informar al sentenciado de su derecho a la notificación y asistencia consulares –prevista en el artículo 36.1 de la Convención de Viena– lo privó de un proceso penal con los estándares mínimos de debido proceso y juicio justo establecidos en la Declaración Americana.

Por ello, este órgano recomendó a Estados Unidos revisar el juicio y la condena de pena de muerte de Tamayo, de acuerdo con las garantías reconocidas en dicha declaración. A pesar de las conclusiones y recomendaciones emitidas por la comisión, el gobierno de Texas ejecutó a Tamayo como lo tenía previsto, lamentó.