San Salvador, 30 de enero.

El Salvador votará el próximo domingo para elegir nuevo presidente entre la gobernante izquierda que ha ganado respaldo por sus programas sociales, y una alternativa de derecha extrema que promete aplastar a la extendida delincuencia. De acuerdo con el padrón electoral, 4.9 millones de salvadoreños están habilitados para acudir a sufragar.

Sondeos divulgados antes de los comicios daban una ventaja al candidato oficialista por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Salvador Sánchez Cerén, un ex comandante guerrillero, sobre su rival de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el ex alcalde capitalino Norman Quijano.

Pero como ninguno cuenta con un apoyo mayoritario arriba de 50 por ciento, una segunda vuelta sería inevitable. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) llamó este jueves a los ciudadanos, candidatos y partidos políticos a respetar la veda electoral, que rige a partir de hoy y hasta el domingo, cuando se celebrarán los comicios presidenciales.

El abanderado del FMLN, Sánchez Cerén, cerró la víspera su campaña con un acto de masas en Soyapango, uno de los municipios más poblados del este de la capital, donde reiteró que dará prioridad a las expectativas de la población de más empleos, seguridad y educación.

El representante de Arena, Norman Quijano, cerró su campaña en la céntrica Plaza Libertad. Con dos triunfos al frente de la alcaldía capitalina, Quijano aspira a recuperar la presidencia que perdió su partido en 2009 tras gobernar 20 años. La campaña la ha basado en el discurso de un combate duro a la inseguridad y acusaciones de que el FMLN no ha sabido resolverlo.

El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, afirmó que el FMLN es el único partido con posibilidades de ganar las elecciones, y acusó al opositor Quijano de utilizar fondos públicos para beneficio personal y familiar en la construcción de un pozo dentro de una finca de su propiedad.