ún faltan tres semanas para que, vía Inegi (próximo 21 de febrero), se conozca el resultado oficial sobre el comportamiento económico mexicano en 2013, pero en vía de mientras el ministro del año y sus neocientíficos adelantan y celebran que el crecimiento del PIB en dicho periodo fue de 1.3 por ciento, en línea con la última estimación presentada por la Secretaría de Hacienda, con lo que, de ser correcta la proporción divulgada por la SHCP –porque podría ser menor–, el país registraría el peor resultado desde la crisis de 2009.

De hecho, si el comparativo se hace desde que arrancó el neoliberalismo a la mexicana, tal resultado ocuparía la cuarta peor posición para el primer año de gobierno: para ese lapso, la medalla de oro corresponde a Ernesto Zedillo, con un desplome de 6.2 por ciento; le sigue Miguel de la Madrid, con una caída de 3.49 por ciento; la de bronce es para Vicente Fox, con un descenso de 0.3 por ciento y en seguida Enrique Peña Nieto, con 1.3 por ciento. Tal vez por eso Luis Videgaray y sus guajiros están contentos y satisfechos (sólo erraron en tres de las cuatro estimaciones de crecimiento por ellos elaboradas en 2013), aunque para efectos nacionales el resultado es una verdadera desgracia.

En fin, mientras el equipo de neocientíficos está contento y los mexicanos desesperados, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, señala que las cifras más recientes confirman que muy alejado de la realidad se encuentra el alegre discurso oficial en torno a la presunta fortaleza económica. Tal es el caso del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) que presentó una variación a tasa anualizada nula (0 por ciento) en noviembre del año pasado.

El desempeño de tal indicador se debió en parte a que las actividades secundarias registraron una caída de 1.4 por ciento en términos anuales como resultado de un menor dinamismo en las manufacturas (0.6 por ciento), así como por los malos resultados del sector de la construcción (una caída de 5 por ciento). Las actividades terciarias apenas crecieron uno por ciento, que contrasta con los incrementos que se presentaron en años anteriores (4.9 en 2011 y 5.3 en 2012).

Por otro lado, las exportaciones crecieron 6.4 por ciento en diciembre de 2013 comparadas con el mismo mes de 2012 ya que la parte petrolera y no petrolera registraron aumentos en dicho periodo (13.3 y 5.4, respectivamente). Se observó un comportamiento similar en las importaciones, ya que éstas incrementaron 4.2 por ciento a tasa anualizada debido a los crecimientos en la parte petrolera (6.1), como en la no petrolera (4). Adicionalmente, las importaciones de bienes intermedios representaron 73 por ciento del total, cifra muy similar si se toman en cuenta los datos acumulados de enero a diciembre de 2013 (los bienes intermedios representaron 74 por ciento de las importaciones totales), lo que implica que una gran cantidad de recursos que utilizan las empresas para elaborar sus productos finales provienen del extranjero.

En lo que respecta a las tendencias, la de exportaciones totales luce estancada lo cual podría implicar una disminución en el ritmo de crecimiento de dicho indicador. En cuanto a las importaciones, la mayoría de las tendencias analizadas presentan un movimiento a la baja, excepto los bienes de capital, quienes exhiben un movimiento ligero al alza. Lo anterior pudiera verse reflejado en una disminución en las importaciones para los próximos periodos.

La actividad económica en establecimientos comerciales para noviembre de 2013 reportó resultados poco favorables. Ello se ve reflejado en el crecimiento marginal que experimentaron las ventas al por menor (1.9 por ciento) y la caída en las ventas al por mayor (-3.5). Adicionalmente, las tendencias en ambos rubros se encuentran moderadamente al alza con serias complicaciones en las ventas al por mayor de textiles, alimentos y bebidas, y vestido. De la misma manera, la variación promedio de enero a noviembre para el sector de venta mayorista presenta una caída de 5.2 por ciento, principalmente por el descenso en las ventas al mayoreo de materias primas, que si bien presentaron un decrecimiento marginal para el periodo (-0.1), en promedio han caído 9.8 por ciento en promedio hasta noviembre de 2013.

Dado lo anterior, subraya el CIEN, resulta evidente que no existió una recuperación económica suficiente durante los últimos meses del año pasado. Aunado a lo anterior, la baja actividad en los establecimientos comerciales, en especial en el rubro de las materias primas al por mayor, es un reflejo de que las unidades económicas demandan menos de estos insumos, lo cual podría implicar una disminución en su actividad productiva. En este sentido, de no mejorar dicho escenario, las expectativas de crecimiento para este año se tornarán cada vez más complicadas.

Las cifras para noviembre de 2013 en cuanto a la actividad económica en establecimientos comerciales reflejan un crecimiento anual en sus ventas al menudeo de 1.9 por ciento, situación que se debe primordialmente al alza en rubros de textiles (11.1), ferretería (3.3), papelería y esparcimiento (2.3), y tiendas de autoservicio y departamentales (1.9). En contraste, la variación anual acumulada en las ventas al menudeo presenta un descenso 0.6 por ciento anual a noviembre de 2013. Se aprecia que la rama textil es la que presenta un crecimiento mayor en sus ventas (2.7 por ciento), comparado con las ramas de vehículos y ferretería que también presentan variaciones positivas pero menos vigorosas (1.6 y 0.2, respectivamente). Sin embargo, tal comportamiento al alza no logra compensar las caídas en alimentos y bebidas (-1.7), tiendas de autoservicio (-2.4), entre otros, cuya variación acumulada del año es negativa hasta noviembre de 2013.

La economía debe crecer a un ritmo sostenido no menor a 6 por ciento anual (algo que, por lo demás, no se registra desde hace tres décadas) para comenzar a salir del hoyo en el que la economía mexicana se instaló desde que a alguien se le ocurrió modernizar esta República de discursos. Sin embargo, es tan precaria la situación que el ministro del año y su círculo íntimo celebra migajas y está loco de contento porque en 2013 el crecimiento (1.3 por ciento) estuvo en línea con la última estimación presentada por la Secretaría de Hacienda, la cual no alcanzaron a reducir más porque se les acabó el año.

Las rebanadas del pastel

Entonces, mediocres, por decirlo suave, pero, eso sí, felices.

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