Admite que al principio simpatizó con militares, pero luego reaccionó contra la represión
error histórico: Iglesia católica brasileña
1965 fin de las elecciones directas para gobernadoresFoto Ap
Jueves 3 de abril de 2014, p. 24
Brasilia, 2 de abril.
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) calificó hoy de error histórico
el golpe militar que hace medio siglo derrocó el gobierno constitucional de Joao Goulart e instaló una dictadura que duró 21 años.
En un comunicado, la máxima entidad episcopal brasileña admitió que sectores eclesiásticos respaldaron en un primer momento el golpe de Estado, pero sostuvo que la Iglesia no se calló ante las violaciones de los derechos humanos y la represión política del régimen autoritario.
“Aunque es cierto que en un principio sectores de la Iglesia católica apoyaron los movimientos que resultaron en la llamada ‘revolución’ para combatir el comunismo, también es verdad que la institución no hizo caso omiso ante la represión apenas se dio cuenta de que los métodos usados por los nuevos dueños del poder no respetaban la dignidad humana y sus derechos”, afirma la nota.
Según la CNBB, durante las más de dos décadas que siguieron al golpe hubo una escalada de la violencia con la práctica de torturas, el cercenamiento de la libertad de expresión, la censura a la prensa y la inhabilitación de políticos; se instalaron el miedo y el terror
.
En nombre del progreso, que no se concretó, pobladores fueron expulsados de sus tierras. Hasta hoy hay muertos que no han sido sepultados por sus familiares
, agrega el texto, que lamenta que hasta hoy no se haya logrado revelar toda la verdad sobre los 21 años que hicieron de Brasil el país del dolor y la lágrima
.
La CNBB afirma que pese a que Brasil vive hoy tiempos nuevos
de libertad y democracia, todavía enfrenta graves desafíos: es necesario superar la injusticia, la desigualdad social, la violencia, la corrupción, el escepticismo frente a la política, la violación de los derechos humanos, la tortura...
La democracia exige participación constante de todos, subraya el texto, y menciona que recordar los sucesos de 1964 cobra sentido en la medida que nos lleve a darnos cuenta del error histórico del golpe, a admitir que no todo fue apropiadamente reparado y a alertar a las nuevas generaciones para que se mantengan activas en la defensa del estado democrático de derecho
.
Por otra parte, el juicio por la mayor matanza carcelaria en la historia de Brasil, que dejó 111 reclusos muertos en 1992, finalizó este miércoles con las últimas condenas impuestas a 15 de los 79 policías acusados.
Los últimos 15 oficiales juzgados por la masacre de Carandirú, en la ciudad de Sao Paulo (sureste), recibieron condenas de 48 años de cárcel cada uno por la muerte de ocho prisioneros, informó el Tribunal de Justicia estatal.