no de los priístas en activo con mayor tiempo en tareas legislativas aseguró ayer que mediante un derroche de dinero sucio su partido compró una elección que no fue por tanto ni libre ni democrática. Hubo diputados, señaló, que ofrecían pagar a mil 500 pesos el voto y en mesas receptoras de sufragios se detectó a gente con facha de malos (presuntamente cenecistas) que amedrentaban a quienes concurrían a sufragar. El denunciante de ese fraude interno, con aroma inequívoco a otros fraudes electorales recientes frente a otros partidos y a todos los niveles, es Francisco Arroyo Vieyra, miembro destacado del grupo de Manlio Fabio Beltrones, quien ha sido diputado federal en tres ocasiones –ahora mismo lo es–, diputado local en dos y senador, además de haber presidido órganos de gobierno de las respectivas cámaras: más de 20 años en total entre curules y escaños.

¿En qué cabeza cabe que con amenaza de compra o hasta física nos van a hacer cambiar de opinión?, se preguntaba ayer en Twitter (donde escribió todo lo que aquí se ha reproducido entre comillas) el diputado Arroyo Vieyra (@farroyov) al comentar negativamente los incidentes de la elección de presidente del comité directivo estatal del partido de tres colores en Guanajuato que, según las tendencias difundidas ayer, habría sido ganada por Santiago García López, ex dirigente de la sección estatal del sindicato de la Semarnat, apoyado por el senador y líder nacional cenecista Gerardo Sánchez García, el también senador Miguel Ángel Chico y la alcaldesa de León, Barbara Botello. El perdedor sería el notario público y ocupante de varios cargos en el PRI regional Alejandro Lara Rodríguez, apoyado por Arroyo Vieyra.

En Michoacán, la clase política priísta que había sido dominante antes de la llegada del interventor Alfredo Castillo ha recibido un golpe seco, que probablemente mine sus fuerzas a tal grado que se abra el camino a la alianza con el PRD, con Silvano Aureoles a la cabeza, para las próximas elecciones de gobernador. La presentación y posterior arraigo de Jesús Reyna no es un acto justiciero (como tampoco lo ha sido el relampagueante deslinde del PRI nacional respecto al dirigente de su sección en el Distrito Federal, al que la PGR ya tiene en su agenda), sino otro ajuste de cuentas para facilitar recomposiciones a gusto de Los Pinos, una descalificación política del grupo priísta local que podría oponerse a los planes aliancistas con los que el gobierno federal pretendería pagar al PRD y en particular a Los chuchos sus servicios de pactismo (las cartas en juego, de las que una ganaría, son Aureoles en Michoacán o Armando Ríos Píter en Guerrero).

Reyna no es ni mejor ni peor que otros secretarios generales de gobierno o gobernadores que controlan los negocios oscuros de sus entidades y consiguen financiamiento para diversas campañas electorales. En realidad, el ahora caído en desgracia hizo gestiones de diverso tipo para conseguir que el PRI regresara al mando en una entidad donde el crimen organizado es un factor real de poder que se infiltra, financia y condiciona con criterios multipartidistas, lo mismo en tiempos del sol azteca (con Lázaro Cárdenas Batel y con Leonel Godoy) que en relación con la hermana Cocoa (Luisa María Calderón Hinojosa) y sus ambiciones dinásticas o con el priismo en cuya asunción mucho tuvo que ver ese dinero inconfesable, tanto para proyectos locales como para el federal.

El ex gobernador interino Reyna, secretario general en funciones a la hora de ser detenido para su presentación ante la PGR (el mismo Miguel Ángel Osorio Chong se refirió a él ante periodistas como ex secretario general de gobierno horas antes de que el fantasmal Fausto Vallejo anunciara que lo estaba dando de baja del cargo), cayó en desgracia por portación de cártel prohibido (pues Los Pinos combate con todo a los templarios y pavimenta el camino a la expansión jalisciense). Pero, sobre todo, está prestando (como priísta de toda la vida) un favor más al régimen que hoy lo zarandea, pues su detención provisional forma parte del paquete de persuasión extrema (que incluye la muerte de dos de los tres principales líderes de los templarios, Nazario Moreno y Enrique Plancarte) con el que GobernaChong pretende obligar a los grupos de autodefensa a que depongan las armas, con la advertencia de que si en pocos días más no lo hacen, habrán de atenerse a las consecuencias. Ya más adelante se verá si Reyna va a la cárcel o se desvanecen los indicios acusatorios. Lo importante es, hoy, tener argumentos para tratar de doblegar a esos civiles que fueron usados y ahora se pretende desecharlos.

De indeleble formación priísta, Arturo Núñez está hoy en aprietos en Tabasco. Andrés Manuel López Obrador lo presiona para que endurezca su postura fren- te a Peña Nieto en demanda de correcciones fiscales y defensa del petróleo. Ya recibió a una comisión de Morena y una carta de emplazamiento, a la que respondió negativamente, ante lo cual el lopezobradorismo anunció que emprenderá medidas de protesta pública. A menos que fuera un forcejeo a partir de valores entendidos, pareciera que Núñez y AMLO han decidido tomar caminos divergentes, que llegarían a la confrontación, sobre todo si el gobernador decide ordenar el uso de la fuerza contra tabasqueños en protesta por injusticias en zonas a las que abandera el ex candidato presidencial, con los pozos petroleros como campo de batalla (A 15 meses no hemos reprimido ninguna manifestación, pero no podemos ser tolerantes contra quienes infringen la ley, tuiteó ayer @nunezarturo).

Tan angustiado parece Núñez que ayer se hizo organizar un acto de apoyo en Villahermosa al que acudieron Jesús Zambrano y Carlos Navarrete, como si se quisiera subrayar el perredismo y no el morenismo del mandatario. Zambrano tuiteó, al explicar su solidaridad con el gobernador de Tabasco, que “No vamos a permitir que coloquen a @nunezarturo en un ambiente de fragilidad”. Pasiones e intereses tabasqueños en ruta de choque. ¡Hasta mañana!

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