Industrial Vidriera del Potosí: señales de esperanza
uvieron que pasar seis años, tres meses y nueve días para que a 33 trabajadores de la Industrial Vidriera del Potosí, filial del Grupo Modelo, hoy en manos de Anheuser-Busch InBev, la cervecera más grande del mundo, se les diera la razón sobre lo injustificado de su despido y la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) ordenara su reinstalación.
Atrás quedaron más de 200 trabajadores que, igualmente despedidos de manera injustificada, no soportaron lo largo del litigio, prolongado artificialmente por las maniobras desleales de una parte patronal que apostó al desgaste para que sus obreros desistieran de su exigencia de respeto a sus derechos laborales.
En tan largo trayecto también quedaron expuestas la solidaridad de otros grupos sindicales independientes, así como de instancias internacionales a las que acudieron los trabajadores en resistencia –como se denominaron–, como prueba de que la dignidad laboral no está sola, tiene aliados.
Una lucha más que, desde San Luis Potosí, se vuelve ejemplar para el país y obtiene una victoria que abre las esperanzas a cientos de litigios en que la parte patronal, sea de la iniciativa privada o del propio gobierno, toma como aliado el paso del tiempo para vencer la resistencia de quien requiere alternativas para alimentar a su familia.
El grupo en resistencia de los trabajadores de la vidriera recibió el fallo favorable el pasado viernes, pero para alcanzar su reinstalación y el pago de salarios caídos aún tendrá que enfrentar la reacción de los empresarios, por lo que hoy se aprestan a iniciar la lucha para hacer valer la razón que siempre defendieron y ya reconoció la JFCA.
El respeto a los derechos laborales y a la libre organización sindical alcanzó una victoria que oxigena la necesaria lucha obrera ante embates empresariales que prefieren ver a los trabajadores como un mero factor a explotar y no como su principal aliado en el proceso productivo. Un avance digno de atención… y de repetición.