No hay un conteo preciso; HRW calcula que de los 800 mil muertos, 300 mil eran niños
Martes 8 de abril de 2014, p. 20
Kigali, 7 de abril.
Al cumplirse 20 años del genocidio de miembros de la etnia tutsi en Ruanda, el presidente de ese país, Paul Kagame, aprovechó hoy una ceremonia de reconciliación nacional para renovar sus acusaciones sobre la complicidad de Francia en el asesinato de 800 mil personas.
A pesar de un reciente acercamiento en las relaciones con París, en 2008, Kagame denunció en dos entrevistas publicadas la semana pasada el papel directo
que Francia desempeñó antes, durante y después
de la matanza de tutsis y hutus moderados a manos de radicales de la etnia hutu, que detentaban el poder desde 1973.
Kagame ratificó sus acusaciones indirectamente al afirmar en francés –y no sólo en inglés, como en el resto del discurso– que ningún país es tan poderoso para cambiar los hechos
.
El cambio de idiomas durante el discurso fue un recordatorio de que los franceses apoyaron y armaron al régimen hutu, incluso durante los años en que enfrentaron al Frente Patriótico Ruandés, de 1990 a 1994, que según el gobierno francés era financiado por Estados Unidos y una amenaza a la influencia francófona en África.
En reacción a las acusaciones de Kagame hechas la semana pasada, Francia decidió no enviar una representación de alto nivel a la ceremonia de este lunes –a la que asistieron unas 30 mil personas– y en su lugar estaría únicamente el embajador Michel Flesch.
Sin embargo, Flesch aseguró hoy que fue excluido, luego de que el domingo por la noche fue notificado vía telefónica de que no estaba acreditado para ingresar al estadio donde tuvo lugar la ceremonia.
Después de 20 años las cifras sobre el genocidio en Ruanda son todavía imprecisas. Generalmente se habla de 800 mil personas asesinadas a sangre fría en 100 días, pero el gobierno ruandés afirma que la cantidad de muertos bien rebasó el millón.
Ni el gobierno de Ruanda –que en el índice mundial de desarrollo humano de 187 países ocupa el lugar 167– ni alguna institución internacional se han ocupado de hacer una investigación detallada sobre la cifra total de muertos.
La organización estadunidense Human Rights Watch (HRW) calcula que 300 mil de los 800 mil fallecidos eran niños, con base en las exhumaciones que realizó en Ruanda años después de la matanza. Según un reporte de esa organización, publicado en 2003, en una fosa común en la provincia de Kibuye, 44 por ciento de los cadáveres correspondían a niños, la mayoría menores de 10 años.