Según la PGR también esta relacionado con 15 secuestros
Jueves 10 de abril de 2014, p. 8
La Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer que detuvo al alcalde de Cuetzala del Progreso, Guerrero, Feliciano Álvarez Mesino, porque desde su cargo protegía las operaciones de una organización criminal identificada como parte del cártel de La familia, que opera en la zona, y además se le acusa de tener relación con al menos 15 secuestros perpetrados en esa zona.
Tomás Zerón de Lucio, titular de la Agencia de Investigación Criminal, y el subprocurador especializado en delincuencia organizada, Rodrigo Archundia Barrientos, señalaron que Feliciano Álvarez Mesino fue detenido con base en una orden de aprehensión girada por el juzgado noveno de distrito con sede en Guerrero y en las próximas horas será puesto a disposición de la autoridad judicial.
Ambos funcionarios indicaron que “información de inteligencia señala que Álvarez Mecino mantuvo, desde su campaña a la presidencia municipal, relación y apoyo de la organización criminal prevaleciente en la zona, dedicada al secuestro, la extorsión y el tráfico de drogas.
“Se le relaciona directamente con Froylán Fernando Barrera Guzmán, jefe de plaza en Cuetzala del Progreso, quien fue detenido el 6 de diciembre de 2013 en compañía de otras dos personas, pertenecientes a la misma organización criminal.
En sus declaraciones, los detenidos señalaron a Álvarez Mesino como la persona que, desde su encargo constitucional, brindaba protección y alertaba a la organización cuando se desarrollaba algún operativo federal
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En diciembre pasado, La Jornada informó que más de 200 habitantes de la comunidad Cholachapa, del municipio de Cuetzala del Progreso, abandonaron casas, animales y siembras a punto de cosecha porque en tres de los accesos al pueblo, enclavado en la zona de Tierra Caliente, grupos del crimen organizado que se disputan el control del lugar colocaron puntos de control para saber quién entraba y quién salía.
Los narcos, dijeron pobladores de Chilacachapa, se dicen parte de Guerreros Unidos (una escisión del cártel de los hermanos Beltrán Leyva) y presuntamente habían disputado el territorio a integrantes de Los caballeros templarios.
Los entrevistados, que solicitaron el anonimato, mencionaron que los criminales obtenían dinero mediante extorsiones y secuestros; además del porcentaje que cobran a quienes venden sus animales.