Salarios bajos, tener pocas o ninguna prestación social, no contar con experiencia o la escolaridad necesaria, son algunos de los principales factores que dificultan la inserción laboral de la población que concluyó sus estudios de bachillerato en México.

Según los resultados de la Encuesta Nacional de Inserción Laboral de los Egresados de Educación Media Superior 2012, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), entre las personas de 18 a 20 años que cursaron este nivel educativo, 62.9 por ciento consideran que su escuela tenía escaso o nulo vínculo con el sector productivo.

Por lo que respecta al nivel de estudios requerido en su primer empleo, se detectó que hay poca presencia de formalidad, pues en casi cinco de cada 10 casos predominó la opción de ningún nivel de escolaridad y a sólo un 35 por ciento le solicitaron haber cursado la educación media superior.

Entre los egresados de bachillerato general, a 47.3 por ciento de quienes consiguieron un empleo no les solicitaron un nivel de estudios, mientras que en quienes concluyeron su formación en escuelas del subsistema tecnológico fue de 39.7 por ciento.

En México se estima que poco más de un millón de jóvenes que concluyeron su bachillerato general o tecnológico tienen experiencia laboral. De ellos, 478 mil, percibieron salarios mensuales en su primer empleo que iban de los mil 500 a 3 mil pesos, y otros 220 mil jóvenes ganaron menos de mil 500 pesos al mes.

Más de medio millón trabajó de 35 a 48 horas a la semana, otros 214 mil superaron las 48 horas, mientras que unos 340 mil laboraron menos de 34. Además, se detectó que 50 por ciento de quienes laboraron carecieron de prestaciones, y al menos 681 mil no tuvieron acceso a instituciones de salud.

Si bien para más de nueve de cada 10 egresados, tanto del subsistema de bachillerato general como tecnológico, sus estudios son pertinentes para continuar con su formación universitaria o buscar empleo, al menos 399 mil 551 consideraron que la utilidad en su empleo de las habilidades adquiridas en la educación media superior fue regular o poca, mientras que 255 mil aseguraron que no les sirvieron.

Se estima que medio millón, es decir, 50 por ciento de quienes adquirieron experiencia laboral, consiguieron su primer empleo por medio de un familiar, un amigo o conocido. A otros 171 mil les ofrecieron un trabajo. Otros 195 mil lo consiguieron por medio de un anuncio en un lugar público, en medios de comunicación o Internet.

Los datos recabados por el Inegi revelan que cuatro de cada seis egresados del bachillerato cuentan con experiencia laboral, después de concluir sus estudios, pero casi cinco concluyen su formación sin haber laborado.

Entre los factores más valorados por los jóvenes para buscar un empleo destaca adquirir experiencia, el salario y la vinculación de su actividad con los estudios que han realizado, así como alcanzar estabilidad laboral.

No obstante, casi cuatro de cada 10 se desempeñaron en actividades vinculadas con los servicios, 30 por ciento en el comercio, y al menos 10 por ciento en la industria manu­facturera.