Organizaciones civiles reclamarán acuerdos efectivos para acelerar el combate contra la pobreza extrema a los ministros y altos funcionarios que se reunirán esta semana en un foro sobre desarrollo en México, que será inaugurado por el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, adelantó ayer la agrupación Oxfam.

La primera reunión de alto nivel de la Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo, que tendrá lugar este martes y miércoles en México, debe establecer el piso mínimo en materia de defensa de los derechos humanos, acceso al financiamiento, tratamiento de la deuda pública y la participación efectiva de las sociedades menos favorecidas para la elaboración de políticas públicas, a efecto de poder pensar en una cooperación equitativa entre países desiguales, convinieron dirigentes de organizaciones civiles.

Maria Theresa Nera-Lauron y Richard Ssewakiryanga, dirigentes de organizaciones civiles en África y Asia y miembros de la Alianza para la Eficacia del Desarrollo, destacaron la dificultad que puede representar entender la presencia de empresarios en este foro, a partir de que la prioridad del capital es la mayor ganancia a menor costo, aun cuando esto implique aumentar la desigualdad en la distribución del ingreso y, por tanto, la desigualdad social.

Durante la participación en el Foro sobre Eficacia de la Ayuda, Nera-Lauron destacó en conferencia de prensa, en las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que la globalización sin control y el crecimiento económico basado en los beneficios siguen siendo una tragedia para los más pobres y el planeta, al exacerbar las desigualdades a todos los niveles –dentro y entre las regiones, países y comunidades–, generando múltiples crisis alimentarias, de combustibles, financieras y climáticas que todavía están por resolverse.

Carlos Zarco, director ejecutivo de Oxfam México, recordó que mientras no se incluya en la y toma de decisiones de políticas públicas a los sectores más necesitados, no habrá solución efectiva para reducir la brecha entre ricos y pobres. Mencionó que al menos mil millones de personas –70 por ciento de las cuales son mujeres y niñas– todavía se van a la cama con hambre, mientras que otro tanto vive en condiciones de extrema pobreza.

Los ponentes señalaron además que la desigualdad existente entre los más ricos y los más pobres del mundo continúa en aumento: 30 por ciento de la riqueza y los recursos mundiales están en manos de 0.5 por ciento de la población.

Richard Ssewakiryanga indicó que toda agenda pública debe centrarse en la gente que paga impuestos, la que vota, la que camina por la calle; de lo contrario, subrayó, se corre el riesgo de que se reproduzcan manifestaciones de inconformidad, que en este momento tienen lugar en prácticamente todo el mundo, sin importar que se trate de países ricos o pobres.

Hasta ahora no hemos visto acciones concretas en ese sentido; tampoco tiene sentido que trabajemos en proyectos si no hay quien escuche. Los gobiernos deben voltear hacia atrás y recordar que se deben a la gente, la cual debe estar incluida en el desarrollo, o las políticas públicas no tendrán sentido, concluyó Ssewakiryanga.