“Para tener en las manos nuestro primer disco, que se llama Amaranto, hemos trabajado como grupo casi tres años y creemos que lo que tocamos les va a gustar, porque es de difícil clasificación sonora”, expresó Quique, integrante del trío Playa Magenta, que hoy viernes se presentará en el Foro del Tejedor de El Péndulo de la Roma, para interpretar las 10 composiciones del cedé.

Agregó que el actual es un momento de mucha competencia, por la gran cantidad de propuestas de los jóvenes. Está bien que haya muchos grupos, porque ello obliga a trabajar más. Lo importante es que nos está saliendo un sonido que es una mezcla de electrónico, rock y folclor mexicano. René (otro integrante) y yo somos más rockeros. Yo tengo una escuela clásica en la marimba y en lo contemporáneo en la percusión, y es una mezcla de lo que podemos ser y hacer con Verónica, que es la vocalista. Cada uno tiene su historial y reconocemos que en lo que nos sale permea la cultura popular.

Llega con su disco Amaranta

Playa Magenta es una banda mexicana creada en 2011 por Verónica Valerio (voz y arpa), Quique Castro (marimba, piano y percusiones) y René Torres (jarana, voces, violín y guitarra electrica). Los instrumentos utilizados en la música tradicional mexicana se exploran con un nuevo enfoque. Arpa con procesamiento sónico, violín eléctrico y marimba midi, junto con textos a partir de la tradición de los sones veracruzanos, como la cuarteta y sexteta.

Por su parte, Verónica explicó que titularon a su disco Amaranto por la semilla y por el juego de palabras de amar, mar, amar tanto, etcétera. “Las letras de todas las canciones son mías. Refieren, todas, un viaje a la niñez. De ahí el nombre del grupo, Playa Magenta, que es como estar en un lugar que a todos nos resulta mágico, agradable, de descanso, donde te sientes bien. Eso es una playa. Magenta es porque queríamos una referencia al folclor, pero no obvia y sí contemporánea. Hay una pieza del disco que se llama Los chiles verdes, de la cual debo aclarar que no es mía, sino popular veracruzana”.

La producción estuvo a cargo de Hernán Hecht, quien “enriqueció la rítmica de las rolas. Ya no quedaron cuentitos mágicos, ni canciones sosas, sino mucha psicodelia en el sonido. Nosotros no hacemos fusión, sino que jameamos. Es lo que cada quien puede soltar en el jam. Hay quien dice que lo que hacemos está bien loco. Es como trip folk”, concluyó Verónica.