Las voces de la periodista son de México y también universales, dice el director del recinto
Dejó tres manuscritos inéditos plasmados en el horripilante
papel revolución
Agradezco a Miguel de Cervantes por convertirnos un poquito en quijotes, indica la colaboradora de La Jornada
Martes 22 de abril de 2014, p. 5
Madrid, 21 de abril.
La caja donde Elena Poniatowska depositó su legado en la sede central del Instituto Cervantes tiene como fecha prevista para su apertura el 21 de abril del 2024.
Es decir, en 10 años se develarán al menos tres secretos sobre el contenido de lo que la escritora dejó bajo custodia y protegido por una caja acorazada de acero: el contenido de los tres manuscritos inéditos que guardó en un folder viejo
y que fueron escritos en los años 50 del siglo pasado en el horripilante
papel revolución con el que escribían los periodistas de entonces.
En un acto ya tradicional de los galardonados con el Premio Cervantes de Literatura, Poniatowska acudió a la sede central del Instituto Cervantes para protagonizar un acto simbólico y descubrir además que la caja que le asignaron –la mil 515– está contigua a la de su entrañable amigo José Emilio Pacheco (1939-2014).
Género cervantista
Antes de que cerrara con llave la caja y develara parte de su contenido, el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, explicó el origen y el objetivo de un acto de tal naturaleza: “Este es un recinto mágico. Porque este era un viejo banco y el antiguo director, César Antonio Molina, tuvo la feliz idea de convertir la gran caja de caudales en la caja de las letras.
Y aquí van depositando un testimonio de su obra escritores, músicos, actores y creadores de artes plásticas
.
García de la Concha destacó algunas de las virtudes de la obra de la novelista mexicana: “Carlos Fuentes se preguntaba que cuál era el género literario de Elena Poniatowska y venía a sugerir que en realidad era un género literario cervantista. Efectivamente, Cervantes fue antes de los géneros literarios o, mejor dicho, cuando transfiguró todos los géneros literarios en un género nuevo que nadie hasta entonces había visto.
“Eso es lo que ocurre con la literatura de Elena Poniatowska; es periodismo, es creación, sus biografías son biografías noveladas o novelas biográficas. ¿Y qué voces son las suyas? Pues son las voces de tantas personas, de México sobre todo, pero en definitiva de voces universales. Como en Hasta no verte Jesús mío, en la que hay una voz maravillosa de una mujer revolucionaria y obrera”.
Pulsera de Jean Poniatowski
Después, a pesar de que olvidó en el hotel el folder con los manuscritos –que depositará en los próximos días– Elena Poniatowska explicó que el resto del contenido lo podía hacer público: “Voy a poner en la caja de las letras, además de todo el agradecimiento que siento por Cervantes y por toda la gente que está aquí, una pulsera rota de latón, que dice Jean Poniatowski, oficial.
Es muy humilde, pero creo que tiene mucho que ver con un hombre que fue bueno, además de un pianista y un buen padre de sus tres hijos. Por eso para mí es muy emotivo dejar esto que guardé toda la vida de mi padre
.
También dejó envueltos en papel dos ejemplares de La noche de Tlatelolco, uno de la primera edición y otro de la edición de lujo que incluye fotografías, ambos publicados por Ediciones Era.
Fue un libro sobre la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968 en México
, dijo Elena y recordó que en esa época hay un movimiento muy importante de cambio en el mundo entero en el que los jóvenes le preguntan a sus padres, ¿qué país nos han dejado? ¿Qué país nos van a dar?
Este libro se refiere sólo a México y es la primera edición, que el gobierno censuró y recogió en las calles y en las libre-rías. Pero eso fue el mejor aliciente para que se comprara mucho más el libro, pues las personas lo querían tener antes de que lo requisaran
.
Y, finalmente, sobre los tres manuscritos inéditos explicó que fueron escritos “en papel revolución y quiero que se puedan abrir más tarde para que la gente vea lo malo que hacíamos con los árboles y qué horrible papel utilizábamos para escribir cosas quizá también horribles. Y también agradezco a Miguel de Cervantes Saavedra por escribir El Quijote y convertirnos a todos un poquito en Quijotes”.