Madrid, 28 de abril.

Paco de Lucía, el pescador de Algeciras que se convirtió en el guitarrista más grande de la historia del flamenco, dejó grabadas ocho coplas. Esas piezas, grabadas en estudio en un proyecto que supuso el primer disco de estudio después de 10 años, forman el disco póstumo Canción andaluza (Universal), en el que se quedaron inmortalizados los acordes, giros, cadencias y armonías del genio, que era un obseso del perfeccionismo y de la búsqueda infatigable de la belleza. Su hermano y compañero de vida, Pepe de Lucía, presentó el álbum en Madrid con profunda emoción. Recordó que lo hizo por lo que más quería: Su madre, su pueblo y la canción andaluza.

Paco de Lucía murió de forma súbita el pasado 27 de febrero, mientras jugaba con sus nietos e hijo menor en Playa del Carmen. El genio de la guitarra era un enamorado de México, donde no sólo pasaba largas temporadas –sobre todo en la Riviera Maya, donde tenía una casa–, sino también se casó, en segundas nupcias, con una ciudadana mexicana, Gabriela Canseco, con la que tuvo dos hijos –Antonia y Diego–.

Cuando disfrutaba en una playa paradisiaca, le vino de pronto un infarto del que ya no se recuperó, ni siquiera tras los esfuerzos hechos en el hospital de Playa del Carmen, donde finalmente murió.

La muerte de Paco de Lucía provocó un enorme pesar en el mundo del arte universal y del flamenco, ya que, con 67 años, se convirtió en un mito vivo de la creación artística y su figura se comparó con los más grandes genios, como Camarón de la Isla –con quien formó un dueto– o, por su importancia, con figuras como Federico García Lorca o Pablo Picasso.

De ahí la importancia que tras su muerte haya quedado para la posteridad un disco grabado en estudio, que realizó entre octubre de 2012 y septiembre de 2013, en Palma Mallorca, donde también solía pasar largas temporadas.

El álbum, según sus productores, sólo tenía previsto incluir los ocho temas que aparecen y en los que hay varias intervenciones de otros artistas, amigos con los que mantuvo una profunda complicidad estética, como Óscar de León, el salsero, o Estrella Morente, una de las cantaoras más elogiadas en la actualidad.

En las ocho coplas Paco de Lucía tocó todas las guitarras, así como la mandola, la mandolina, el laúd árabe y el guitarró. También las versiones y los arreglos son de la autoría del genio de Algeciras, con excepción de Señorita, la canción que canta Óscar de León y cuyo arreglo lo hizo en colaboración con Alain Pérez.

Polifónica melodía

El flamencólogo José Manuel Gamboa explicó la importancia de la copla andaluza en la vida y obra de Paco de Lucía: Marcha siendo el número uno en lo suyo, situándose además en los puestos de cabecera entre los intérpretes de la copla, porque es difícil cantarla mejor que él, con ese metal de voz que se ha inventado para la ocasión, ese cordófono de polifónica melodía que hablan sus guitarras...

Entre las piezas elegidas por De Lucia y que hoy se han convertido en sus obras póstumas, destacan: María de la O, una pieza capital de la cantaora Marifé de Triana y que fue escrita en Madrid en 1933 por los poetas Salvador Valverde y Rafael de León, con música del maestro Quiroga; la clásica Ojos verdes, inmortal creación de 1935; Romance de valentía, una especie de pasodoble tauro-flamenco con castañuelas; Te he de querer mientras viva, que data de 1958 y que en esta ocasión la voz la pone Estrella Morente; La Chiquita Piconera, un pasodoble con aire gaditano; Zambra gitana, extraída del Romance de Juan Osuna o Lamento gitano; Quiroga por bulerías, especie de popurrí del maestro Quiroga sobre sus bulerías de vacilón son caribeño, y, por último, Señorita, que Paco de Lucía hace una versión salsera creada junto al bajista cubano Alain Pérez y con la voz de Óscar de León.