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Dice que le sirve de práctica para su próxima pelea, en junio

Ser sparring de Márquez, lo mejor que me ha pasado: Bronco

Estaba bien calificado, pero por el vicio dejó tirados varios combates

 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de mayo de 2014, p. a15

Ser sparring de un campeón como Juan Manuel Márquez es lo mejor que me ha pasado en la vida, es todo un honor, dice orgulloso Guadalupe Rosales, al terminar su ardua sesión de entrenamiento con el Dinamita.

El apodado Bronco señala que intercambiar golpes con el pugilista capitalino, quien se prepara para su pelea del 17 de mayo contra el estadunidense Mike Alvarado, también le sirve de práctica para su próxima contienda, la cual Juan me está ayudando a concretar, aunque parece que ya está y será en junio.

Sin embargo, Rosales no es ningún principiante y menos un improvisado. A sus 32 años tiene en su haber 42 peleas profesionales, me ubiqué entre los mejores del mundo y tuve buenos contratos, pero por el vicio dejé varias peleas tiradas y todo eso se acabó.

Incluso, asegura que hace muchos años firmó un acuerdo con la famosa empresa promotora Top Rank, pero tuve problemas con mi esposa, nos separamos, caí en el alcoholismo y me fue muy mal. Ahora estoy en busca de una oportunidad.

El originario de San Luis Potosí narra que esa enfermedad lo hizo tocar fondo, pues además se involucró en las drogas y hasta fui a parar al manicomio. Estuve recluido tres veces en el penal por agresión; primero dos meses, luego uno y al final 20 días.

Recuerda que en una de esas tres ocasiones, en 2008, salió del reclusorio únicamente para disputar la pelea de eliminatoria por el título mundial superpluma contra Humberto Betillo Gutiérrez, que se llevó a cabo en el Coliseo Centenario de Torreón, cuyo resultado no le fue favorable.

“Luego tenía programada una pelea en Tv Azteca y para no cancelarla me sacaron del penal de San Luis Potosí, pero fui esposado al pesaje y así llegué al cuadrilátero. En las fotos y en la televisión así me vieron. Era la revancha contra Betillo y ahí todavía andaba mal, seguía con mis loqueras”, explica.

Atribuye ese descontrol a varias frustraciones que guardaba desde su infancia y que trató de mitigar cuando comenzó a ganar dinero con el boxeo.

De niño éramos pobres, no tenía una vida muy grata y enfrenté muchas carencias. Entonces empezó a llegar la lana y con ella un poco de fama; me desubiqué y luego me volví un borracho.

No obstante, dice que eso ya quedó atrás para él, pues ahora asiste a un programa de Alcohólicos Anónimos. Dicen que no debe contarlo, pero yo estoy orgulloso. Gracias a Dios ya dejé el vicio.

Añadió que esa mala racha le sirvió para valorar más la vida. Ahora estoy con mi esposa y mis dos niñas, las quiero bastante y me siento bien, ya superé todo eso.

Apunta que fue gracias al experimentado mánager Ignacio Beristáin que retomó su carrera boxística, pues él fue quien le dio la oportunidad de ser sparring, y agregó que se siente muy afortunado de pertenecer a su grupo de pupilos.

Por ahora estamos bien, trabajo fuerte, muy motivado y aprovechando este entrenamiento. Tengo talento, me siento un peleador que aguanta muchos golpes y sé que puedo volver a boxear, expresa con optimismo.

Precisa que el sueldo que recibe por ser sparring de Márquez es bueno, pues Juan es muy bondadoso y siempre me ha echado la mano. Sin embargo, afirma que más allá del dinero, aprecia la oportunidad que me da de entrenar con él, me sirve mucho y creo que yo también a él.

Cuenta que durante los cuatro episodios que llevan a cabo en cada sesión nos damos con todo. Yo le doy fuerte y él también me suelta unos golpes bien duros. No me intimida, nos pegamos sabroso. Creo que Juan noqueará a Alvarado en el noveno round.