Se busca dar libertad de gestión a la paraestatal y a la CFE, señala el funcionario
Ambas empresas serán soltadas a competir con firmas privadas, según la propuesta de leyes secundarias
Viernes 2 de mayo de 2014, p. 10
Menor carga fiscal y la posibilidad, por primera vez, de decidir su presupuesto sin intervención de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), son dos de las propuestas con las que el gobierno federal busca dotar de mayor autonomía a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), detalló Luis Videgaray Caso. ‘‘Ha llegado la hora de que la Secretaría de Hacienda saque las manos de Pemex y la CFE’’, afirmó su titular.
Esa mayor libertad de gestión será con la que ambas empresas, que han sido operadoras únicas en sus ramos de actividad por siete décadas, serán soltadas a competir con firmas privadas en todos los segmentos de actividad petrolera, desde la exploración a la perforación, y en las de electricidad, que van de la generación a la transmisión, según la propuesta de legislación que el pasado miércoles fue enviada por el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso.
Los recursos que deje de aportar Pemex por la reducción de su carga fiscal se traducirán en menores ingresos para el Estado, que hasta ahora ha obtenido de la actividad petrolera uno de cada tres pesos que gasta.
La magnitud del cambio fiscal en Pemex y la importancia de su aportación al fisco ‘‘aconseja una transición ordenada’’ de 10 años antes que las modificaciones propuestas, si son avaladas por el Congreso, entren plenamente en vigor, expuso Videgaray el pasado miércoles, al presentar la propuesta del Ejecutivo federal para llevar a las leyes secundarias la reforma constitucional del año pasado.
La propuesta de legislación secundaria de la reforma energética, planteó por su parte Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, pondrá a Pemex y a la CFE a competir ‘‘en igualdad de circunstancias’’ con las compañías energéticas internacionales en toda la línea de actividades de la industria. La excepción será la venta de gasolina al público, de la cual el Estado mantendrá el monopolio.
Videgaray Caso expuso que la propuesta de nuevo régimen fiscal para Pemex reducirá de 79 a 65 por ciento la carga impositiva de la paraestatal, en un periodo de transición de 10 años. También se reconocerán a la empresa todos sus gastos para explorar y extraer los hidrocarburos, que ahora no son descontados de las aportaciones que realiza al fisco.
Al reconocer todos los costos de la paraestatal y reducir la carga tributaria, dijo el titular de Hacienda, la empresa podrán tener utilidades. Hasta ahora, Petróleos Mexicanos registra utilidades antes del pago de impuestos, pero una vez cumplidas las obligaciones fiscales su resultado son pérdidas.
Para dar un destino a las utilidades que obtenga a partir del nuevo régimen fiscal, abundó, Pemex podrá optar entre reinvertirlas o entregarlas en forma de pago de dividendo al Estado.
El régimen fiscal al que estaría sujeto Petróleos Mexicanos, en caso de que la propuesta presidencial sea aprobada en el Congreso, será el mismo que se aplicaría para los contratos con empresas privadas para que la compañía estatal compita en igualdad de circunstancias, dijo el secretario.
Toda la información relacionada con los contratos de Pemex, de los que tenga esa empresa con particulares, o los que obtengan para sí solas las compañías privadas, serán públicos y no estarán protegidos por el secreto fiscal, expuso Videgaray.
En tanto, la CFE tendrá un régimen fiscal, de ser aprobada la propuesta, por medio del cual simplemente pagará el impuesto sobre la renta, como cualquier contribuyente, dijo el secretario de Hacienda.
Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, expuso a su vez que el conjunto de iniciativas busca la libre concurrencia y la competencia entre empresas del Estado y particulares en todas las actividades, tanto en exploración y producción, transformación, logística y electricidad, ‘‘en beneficio de los consumidores’’.
La única excepción, añadió el funcionario federal, es la venta al público de gasolinas, cuya apertura se hará con gradualidad, conforme se vaya construyendo la infraestructura que se requiere y se vayan dando las condiciones efectivas de competencia.
