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Una obra maestra de Caetano
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Periódico La Jornada
Sábado 10 de mayo de 2014, p. a16

He aquí una obra maestra.

Abraçaço, el nuevo disco de Caetano Veloso (Santo Amaro de Purificaçao, Bahía, 1942) nació en posteridad: contiene decantado el arte entero de este maestro de la aliteración, genio del control de las dinámicas (esa alquimia de los sinfonistas Bruckner, Mahler, Brahms), artífice de la instrumentación orquestal con el mínimo de elementos (y un control remoto manual: su violao), poeta de la intensidad, líder espiritual, militante comprometido con las causas zurdas, elegante caballero de fina estampa. Un lucero.

Once piezas de vario linaje componen este vasto mural donde goza el bossa, funde el funk, rola el rock, lanza samba, pone a sonar rayos de sol que bailan, ondulan, candentes en un acto mágico de prosodia, contenido social, crítica implacable, sentimientos en arcoíris donde la alegría pone a mover el portamento. Portanto, portento.

La aliteración es uno de los juegos favoritos de esa bendita especie de los Vinicius de Moraes, los João Gilberto, los Chico Buarque (está por festejar su cumpleaños 70) y por supuesto el hermano de Maria Betanhia, Caetano, quien estrena aliteración: Ásperos passos, pássaros sem fio/ que obrigas-te a evocar em danças-ansas (danças-ansas está relacionado con el sonido rápido de dançansas que proviene del portugués más antiguo y es como algo temporal, me explica Theresa Solís, a quien agradezco su asesoría lingüística)/ danças que danças e lanças pra longe/ de mim de mim de mim de mim de mim (Ásperos pasos, pájaros sin alambre/ que te hacen evocar las danzas-ansas/ danzas que danzas y lanzas para largo/ de mí de mí de mí de mí de mí) en la pieza octava de este disco noble y bello: Vinco (Pliegue, arruga), una hermosa melopea que enlaza y lanza la danza de la remembranza y el mirar lejos.

La riqueza temática, la hondura de pensamiento, la sencillez de la expresión, el uso de una lengua rica, en la que aparece luz de africanismos tonales de lamento y alegría: el brasileiro, el idioma portugués que en Brasil vuelven arcilla candente para cantar la alegría, son elementos deliciosos de este álbum donde, desde su título, celebramos palabras de la vida diaria: Abraçaço, que no es otra cosa que un Abrazaso: ei/ hoje eu mando um abraçaço, canta, alegre Caetano, reproduciendo la frase con la que suele rubricar sus mails.

La obra que abre el libro, pues el valor literario de estas poema-canciones es tan alto que bien valen un libro, ha causado escozor: A bossa nova e foda (La bossa nova es mierda, es de lo peor): una parodia, crítica mordaz, burla, mofa, diatriba a los lugares comunes, los clichés que se han colgado del bossa nova, ese género que inventó João Gilberto (Juazeiro, 1931) hace medio siglo y que se convirtió en emblema, pero en medios artísticos e intelectuales brasileños tiene efectos encontrados, que retrata Caetano con maestría.

Por si la expresión del título, a la gente pudiera espantar (La bossa nova es mierda), basta con denotar un recurso técnico al que recurre Caetano para percatarnos que se trata de una parodia, una pieza artística depuradora mediante la catarsis (risa, enojo, estupor, sorpresa, lo que sea). Shostakovich es el campeón del sarcasmo en sus sinfonías; Mozart es el maestro de la ironía (en el tercer movimiento del Concierto 27, se escucha la misma carcajada que tomó el actor de ese hermoso filme titulado Amadeus). Entre las herramientas más utilizadas, está el falseto alargado, la caricaturización de una voz grave que se agudiza, como en el célebre pasaje de la cantata escénica Carmina Burana.

Algo similar hace Caetano con su voz en A Bossa Nova é Foda e inicia su poema rindiendo homenaje al inventor del género, João Gilberto, a quien Caetano refiere como “O bruxo de Juazeiro numa caverna do louro francês (el brujo de Juazeiro en una cueva de loro francés) y después nombra sin nombrar a Bob Dylan, quien en su canción resulta ser o bardo judeu romantico de Minnesota y mientras la música encabalga una galopa burlona, Caetano dice versos de burla a la supuesta influencia del jazz sobre el bossa (cosa que ocurrió al revés) y del baile de moda y de su ubicación entre esnob, clasista y bandera verdeamarela, hasta llegar a cultismos citando a Eumeu, personaje secundario pero fundamental en la Odisea de Homero: el puerquero que, en el juego literario-irónico de Caetano, reconoce a Dylan en su vuelta a Ítaca.

De que se divierte Caetano, se divierte. Pero también rinde homenaje sensible, con una samba-blues, a Carlos Marighella, um mulato baiano/ muito alto e mulato... que morreu em Sao Paulo/ baleado por homens/ du poder militar y el estribillo lo eleva con el cántico os comunistas guardavam o sonho (los comunistas guardaban un sueño: y en otras estrofas completa el retrato: así nace un comunista... siempre perseguido, guardando un sueño) y también, en la pieza O império da lei, recuerda el asesinato a sangre fría de Dorothy Mae Stang en Pará.

El corte 8 es el más bello del disco y es donde nacen las aliteraciones que ya citamos.

Una obra maestra se compone de piezas maestras y este es el caso: el álbum nuevo que tiene en este momento de gira por Europa a Caetano y sus tres chavales que hacen sonar la música cual orquesta (característica del bossa: disminuir el volumen de la voz, la velocidad del compás, para que todo suene diferente y la guitarra se convierta en una orquesta), es un dechado de alegría, destreza, asombro, delicia.

Ei/ hoje eu mando um abraçaço.

Hey, Caetano, hoy te mando un abrazazazazasoooo.

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