Nueva York, 15 de mayo.

El vehemente editor Dean Baquet, quien fue una vez despedido por defender a sus reporteros, asume el puesto más prestigioso del periodismo de Estados Unidos: editor ejecutivo del New York Times, tarea que tiene un significado particular en una industria que no ha conseguido cumplir sus objetivos en cuanto a aumentar su diversidad.

El miércoles, el diario anunció el relevo de quien fue la primera mujer editora en jefe del Times, Jill Abramson, remplazada por Baquet en una medida sorpresiva.

Baquet, afroestadunidense de origen humilde, de 57 años, es una figura popular en la redacción, a pesar de –o tal vez gracias a– su reputación de temperamental: se dice que una vez abrió un hueco de un puñetazo en la pared de la oficina del Times cuando su nota no fue publicada en portada.

Ganó el Pulitzer por su trabajo para el Chicago Tribune y fue despedido como editor de Los Angeles Times por negarse a recortar misiones de reportaje.

“El truco para dirigir el New York Times es recordar que éste es un diario impreso muy poderoso con una importante audiencia”, dijo en entrevista a un colega del Times, y hay que proteger eso, al tiempo que hay que salir a buscar más lectores por otros medios.

Baquet estudió en la universidad de Columbia. Trabajó en el Times-Picayune de Nueva Orléans y en el Chicago Tribune antes de formar parte del equipo del diario neoyorquino

Mucha gente en la industria del periodismo te dirá que han fallado los intentos por crear una redacción diversa, dijo Mark Jurkowitz, del instituto de investigación Pew. El ascenso de Dean Baquet tiene significado en ese sentido, añadió.

Una reciente encuesta de la Universidad de Indiana halló que la cantidad de periodistas que pertenecen a minorías en Estados Unidos cayó a 8.5 por ciento en 2013, luego de ser de 9.5 por ciento en 2002, cuando el porcentaje general de población catalogada como minoría aumentó en ese periodo en 36.6 por ciento.

Baquet asume la dirección de una redacción con cerca de mil 200 reporteros, tal vez la más grande de Estados Unidos, pero que enfrenta los desafíos de una industria que aún lucha por adaptarse al formato digital.

El equipo del diario sigue confundido por el despido de Abramson. Algunos reportes señalaron que el sexismo desempeñó un papel importante, y afirman que la editora ganaba un salario inferior al de su antecesor, cosa que desmintió el dueño del diario, Arthur Sulzberger quien añadió: la única razón que motivó este relevo es que me preocupaban ciertos aspectos en la gestión de la redacción por parte de Jill.

El diario británico The Independent recordó que en noviembre de 2012, el entonces recién nombrado presidente ejecutivo del Times, Mark Thompson, fue recibido en su puesto con un artículo en las páginas de su nuevo rotativo que cuestionaba su honestidad en un puesto anterior.

Thompson fungió durante años como director ejecutivo de la BBC, cadena que se vio envuelta en un escándalo porque uno de sus conductores estrella, el fallecido Jimmy Savile, fue acusado de haber abusado sexualmente de menores. Savile tuvo durante décadas varios programas juveniles de la emisora británica.

Thompson aseguró que, durante sus años al frente de la BBC, él nunca supo nada sobre la conducta de Savile y el artículo del Times cuestionaba su honestidad a este respecto.

The Independent señala que Jill Abramson fue la responsable de que el artículo con el que fue recibido Thompson se publicara en el Times.

Según el diario británico, la ahora ex directora quiso enviar este mensaje a su nuevo jefe: Soy una mujer independiente. La noticia es mi negocio. Si eso implica el riesgo de dañar a la jefatura ejecutiva, que así sea.