La Familia Pasta de Conchos está a la espera de que se realice un nuevo peritaje por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre la viabilidad de rescatar los cuerpos de 63 trabajadores fallecidos en ese yacimiento hace más de ocho años.

En la misa mensual que la organización lleva a cabo a las afueras de las oficinas del Grupo México, en el Distrito Federal, quedó de manifiesto que los deudos de los mineros están a la espera de que se cumpla la palabra del secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, para que se lleve a cabo el nuevo peritaje.

Indicaron que desde febrero pasado el funcionario envió a altas instancias de la PGR un oficio solicitando se reabra el caso y realice una nueva investigación de la posibilidad de acceder a esta mina para rescatar los cuerpos.

Fue el subprocurador de Derechos Humanos de la PGR, Ricardo García Cervantes, quien recibió el oficio OS/057/13 que presentó la Familia Pasta de Conchos.

Esta organización sostuvo en el contexto de esta misa mensual que han pasado ocho años y se ha demandado a este gobierno que enmiende todos los errores y omisiones que cometió la pasada administración y no van a cejar hasta que se rescaten los cuerpos de sus familiares.

Señalaron que incluso una reunión que tuvieron con diputados el mes pasado, la mayoría de ellos se pronunciaron por exhortar a la PGR que se implemente un nuevo peritaje, que indique los pasos que habrán de seguirse para lograr el recate seguro y viable de los restos de los mineros caídos en el febrero de 2006.

Además, en una audiencia pública en el Senado, los legisladores votaron unánimemente porque se lleve a cabo esta acción humanitaria del rescate, sobre todo en estos momentos, en los que el segundo tribunal colegiado en materia civil se negó a amparar a Minera México, de Grupo México, para evitar la recuperación de los restos de los trabajadores.

La Familia Pasta de Conchos ha insistido, además de este rescate, en que queden definitivamente prohibidas las operaciones de los llamados pocitos y minitas de arrastre en la región carbonífera, donde siguen ocurriendo siniestros y muertes de trabajadores, por las pésimas condiciones laborales que estas unidades ofrecen.