Menores de 30 años ahorran tiempo
por Internet
Jueves 22 de mayo de 2014, p. 42
Nueva York, 21 de mayo.
La mujer entra en un bar... (No, olvide eso.) Toma su teléfono y deslizando un dedo descarta a Alex, de 25 años, y a Robert, de 48. De repente aparece la foto de James, de 24. Le gusta, y a él le gusta ella. Hablan un momento y acuerdan encontrarse. Después de todo, están a cinco kilómetros de distancia.
Bienvenido al nuevo ritual de encuentros románticos. A medida que crece la popularidad de los teléfonos de usos múltiples y los usuarios se muestran más predispuestos a revelar el sitio donde se encuentran, está surgiendo una nueva clase de aplicaciones para aparatos móviles que abarca una gama de posibilidades casi tan amplia como el deseo humano. Los millenials, término que abarca a las personas nacidas entre 1982 y 2000, están demasiado ocupados con sus estudios, trabajos y vidas sociales, y dicen que las aplicaciones les ahorran tiempo y les permiten descartar candidatos indeseables a partir del uso de fotos y conexiones de Facebook.
A diferencia de los tradicionales portales de Internet para buscar pareja, las nuevas aplicaciones ofrecen una sensación de inmediatez y sencillez que en muchos sentidos devuelve a uno a los viejos días en que se topaba con una cara bonita en la calle e iniciaba una conversación.
ChristianMingle dice que puede encontrar la pareja ideal de Dios
. Hinge’s se propone emparejarte con amigos de amigos. Coffee Meets Bagel ofrece un candidato posible todos los días al mediodía. Dattch se especializa en mujeres que buscan mujeres. Para los hombres que buscan hombres están Grindr, Jack’d, Scruff, Boyahoy y otros. Revealer permite escuchar la voz de una persona y sólo muestra fotos si los dos expresan interés.
La aplicación del momento para formar parejas es Tinder, con una interfaz sencilla y celebridades entre sus usuarios, que recibió gran impulso durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi por su popularidad entre los deportistas.
Igual que tantas otras aplicaciones de este tipo, Tinder exige a una persona conectarse usando su perfil de Facebook, lo que, según los usuarios, genera cierta confianza. Los usuarios pueden aceptar o rechazar potenciales parejas deslizando la pantalla hacia la izquierda o hacia la derecha. Si ambos la deslizan hacia la derecha, la aplicación genera el mensaje ¡se ha formado una pareja!
y pueden intercambiar mensajes.
Esta estructura impide que una persona se vea inundada de mensajes de personas que no le interesa, como ocurre con servicios viejos. También le ofrece a una generación que se crió a la sombra de Google y de las redes sociales la posibilidad de examinar los antecedentes de una potencial pareja.
Si estás en un bar y un tipo viene y te habla, te alteras de inmediato porque no quieres hablar con él porque está borracho
, comentó Melissa Ellard, de 23 años, quien usa Hinge y dice que no habría salido una sola vez con nadie en los últimos seis meses de no ser por la aplicación.
Aunque todavía son nuevas, estas aplicaciones, ganan prominencia a medida que los servicios son aceptadas entre un público masivo. Un reciente estudio de Pew reveló que 9 por ciento de los adultos estadunidenses han usado algún tipo de servicio de Internet para buscar pareja. Mucha gente se siente cómoda así, del mismo modo que hace compras u operaciones bancarias en la red.
Incluso Facebook se está metiendo a este terreno, desde un ángulo más platónico, con su programa amigos cercanos, que permite a los usuarios ver cuál de sus contactos está en sus inmediaciones. El porcentaje de quienes usan estos servicios es todavía reducido, pero Jared Fliesler, de la empresa de inversiones Matrix Partners, dice que hay cada vez más gente dispuesta a pagar para encontrar pareja.