Tras el anuncio de la venta de la franquicia del Cruz Azul Hidalgo de la Liga de Ascenso, socios y trabajadores del gremio interpondrán una denuncia penal por la disposición de un bien ajeno, anunció ayer Eugenio Olvera, representante del consejo de administración de la Cooperativa La Cruz Azul.

En su momento se avisará a la Federación Mexicana de Futbol que hay un procedimiento de nulidad respecto de esa venta, para que el organismo no sea sorprendido en su buena fe y en los intereses de los compradores, para que haya transparencia en esta operación, porque es como si alguien vendiera un coche no siendo su dueño, explicó.

Agregó que se habla de la disposición de algo con un valor superior a los dos mil salarios mínimos y la pena es de 15 años de cárcel. Es un delito grave.

La franquicia fue cedida al Zacatepec, pero Olvera detectó fallas hasta en el anuncio que hizo el club el pasado 15 de mayo.

En su boletín mencionan un consejo de administración y vigilancia que no existe como tal, sino el Consejo de Administración y el Consejo de Vigilancia, que son dos órganos representados por personas distintas, pero ni siquiera el Consejo de Administración es capaz de autorizar una venta de esta naturaleza. Tiene que ser la asamblea general de socios cooperativistas, abundó.

Además, indicó que el director general, Guillermo Álvarez Cuevas, no tiene autoridad “ni moral ni jurídica. Está ahí de facto. Es un personaje que se explica su existencia dentro de las oficinas de Gran Sur, de la misma manera que la estadía histórica de Victoriano Huerta en Palacio Nacional.

Son personajes que se encaraman en sitios que no merecen y carecen de la legitimidad jurídica para ostentarla.

Por lo pronto, ayer compareció Víctor Garcés, ex director jurídico de la cooperativa y ex dirigente de la FMF, por la demanda en la que se le exige “la devolución de su pensión jubilatoria que, según lo que declaró, se la otorgaron Raúl Antonio Enríquez, Álvarez Cuevas y José Antonio Marín.

Es aproximadamente un millón de pesos mensuales que se le ha estado pagando desde mayo del año pasado.

Eso es en particular, y respecto de los demás temas, son los que involucran a su cuñado, Guillermo Álvarez, que es la devolución de mil 300 millones de pesos de honorarios de abogados y despachos que le han brindado asesoría para asuntos personales, añadió Olvera.

Aunque lo más importante de la demanda es la devolución de la marca Club Deportivo Social y Cultural Cruz Azul AC, porque lo cedieron a una sociedad ajena al gremio.

La Máquina, por lo tanto, ya no es de los Cementeros. En su comparecencia del miércoles en el juzgado, Álvarez aseguró que los socios de la cooperativa ya no tienen que ver en el equipo, pero con la demanda interpuesta tendrá que regresar los terrenos de La Noria que vendió a esa sociedad ajena a la cooperativa, señaló Olvera.