Domingo 25 de mayo de 2014, p. 4
No hay evidencia real con base en la cual el gobierno federal haya logrado depurar la lista de desaparecidos, afirma incrédula Julia Alonso, madre de Julio Alberto Josué López Alonso, desaparecido en enero de 2008, cuando se le pregunta qué opina de las cifras de personas que el gobierno dice haber localizado con vida.
No les creo. Imagínese el desorden que hay, ya no digamos en la Procuraduría General de la República (PGR), sino en las procuradurías estatales, donde hay un caos total. Estoy segura de que las cifras que están ofreciendo no son reales; sólo lo dijeron para tapar la problemática, como sucedió en el gobierno de Felipe Calderón
, expresó.
“Le voy a poner un ejemplo: después de luchar muchísimo para que hicieran algo eficaz para hallar a mi hijo, el año pasado logré que la PGR ofreciera una recompensa de 2 millones de pesos para quien dé informes que ayuden a localizarlo.
¿Y sabe qué? Es día en que no han publicitado tal recompensa, como si toda la población estuviera pendiente de la lista de la PGR que está en Internet. En los casos de otros desaparecidos del estado de México, sus madres también lograron lo de la recompensa, y ahí sí pusieron los anuncios en los aeropuertos de la frontera, pero sólo por un tiempo. Vaya usted y ya no están. Esa es la eficiencia de las indagatorias
, señaló en entrevista.
Exigió que la PGR ofrezca pruebas de todo tipo acerca del supuesto cotejo de documentos y de pruebas genéticas de los restos de cuerpos que hay en las salas forenses de todo el país, para que sustente la comparación de la cual partió para afirmar que hay una depuración de la lista de desaparecidos.
Afirma que no teme por su vida: después de perder a un hijo no crea que se vive a gusto
. Pero sí le da rabia, dice, porque encima de que nos arrebataron a un hijo, a las víctimas nos desprestigian y no investigan.
Sin palabras
En otros casos consultados, los familiares temen detallar el estado de la averiguación previa o si han recibido informes o visitas de las autoridades.
En llamadas telefónicas hechas por este diario a familiares de desaparecidos de Jalisco, quienes vinieron a la ciudad de México invitados para la inauguración del Memorial de Víctimas, en noviembre de 2012, la constante recibida fueron monosílabos, frases que evidencian miedo.
–¿Se han comunicado con usted de alguna procuraduría? ¿Hay alguna novedad del paredero de su hermano?
–No, no.