ste sábado pudimos ver, con toda claridad, cómo es eso de la otra política.
La caravana desde San Cristóbal, con docenas y docenas de vehículos de todos los tamaños, era una serpiente de muchos kilómetros. Tras la larguísima travesía, no exenta de tensión y tribulaciones, llegaron a La Realidad, a una realidad rebosante de bases de apoyo zapatistas que habían llegado de todas partes a defender lo suyo y mostrar el vigor de la respuesta.
La explanada del caracol se fue llenando poco a poco. Cuando ya no cabía nadie y el sol comenzaba a apretar, apareció a caballo el subcomandante insurgente Marcos. En la mano izquierda llevaba un guante negro con huesos pintados de blanco. En vez de su arma habitual portaba en la espalda un machete. En seguida llegaron el subcomandante insurgente Moisés y el comandante Tacho. Todos, tanto los milicianos como los insurgentes y los comandantes, traían el ojo derecho cubierto. Así pudimos imaginar cómo se mira el mundo desde la izquierda.
La voz del sup Marcos saludó a todos y todas desde Radio Insurgente. El subcomandante Moisés informó a continuación sobre los resultados de sus investigaciones del ataque a La Realidad y el asesinato del maestro Galeano. Pidió no caer en las provocaciones de los paramilitares. Tanto Tacho como Moisés insistieron en que los zapatistas no buscan venganza sino justicia. La indignación y la rabia han de dirigirse contra el sistema capitalista y sus expresiones políticas, no contra esos hermanos confundidos que se dejan comprar y manipular por el gobierno.
Por la tarde se escucharon las palabras del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN, en la voz del comandante Tacho. El comunicado, leído por el subcomandante Moisés, describió con todo detalle los vínculos entre los paramilitares de la Cioac-H y el gobierno de Chiapas y las cadenas de relaciones y complicidades que involucran a presidentes municipales, gobernadores y ex gobernadores. Relató también la serie de hostigamientos y ataques armados que ha realizado recientemente esa organización contra los zapatistas.
Finalmente, cantaron todos el himno zapatista y se organizó una larga y conmovedora procesión para visitar la tumba del maestro Galeano. Poco después empezaron a circular por los medios libres los audios completos de los comunicados y la información que comento.
Mientras esto ocurría en La Realidad, en más de un centenar de ciudades de México y el mundo se manifestó públicamente la creatividad y entereza de quienes compartieron el dolor y la rabia de los zapatistas por el asesinato atroz de Galeano y lo transformaron en organización y movilización.
En Oaxaca, por ejemplo, tanto quienes se fueron en caravana como quienes se quedaron a organizar una calenda política en la plaza principal de la capital adoptaron el lema La Realidad es nuestra
con un doble propósito: asumir como propios el dolor y la indignación por la muerte de Galeano y reconocer que una guerra semejante se libra en el estado. En el pronunciamiento público al término de la calenda señalaron con claridad: “Hoy, en Oaxaca, colectivos, adherentes de la Sexta y diversos organismos de la sociedad civil nos hemos reunido para manifestar nuestra decisión y compromiso de organizarnos no sólo para resistir la violencia de arriba y de abajo que cunde entre nosotros, sino para asumir un compromiso de transformación. Al solidarizarnos con los zapatistas, estamos también afirmándonos en nuestros propios espacios y organizaciones para enfrentar sin miedo esa ola de violencia y convertir esta difícil circunstancia en la oportunidad de realizar cambios profundos… Con la construcción de autonomía desde la base social, con la capacidad de enlazarnos en un empeño común a pesar de nuestras diferencias políticas e ideológicas, confiados en la conocida capacidad de lucha del pueblo oaxaqueño, llamamos hoy a todas y todos a congregarnos en este empeño común de transformación profunda”.
Hace 10 años Arundhati Roy anticipó lo que está pasando: No sólo es posible otro mundo
, señaló. Está en camino. Si uno escucha con atención en un día callado se puede oír su respiración
. Este sábado, en La Realidad, nos adentramos en él. Ya está entre nosotros. La cosa es multiplicarlo por todas partes, en sus mil formas distintas.
Esto es, muy concretamente, lo que ahora se intenta. Adherentes a la Sexta, estudiantes de La Escuelita, y los millones en México y en el mundo que siguen encontrando en los zapatistas una fuente de inspiración, parecen decididos a emplear estas fechas como un detonador semejante al del alzamiento.
Se trata de un nuevo ciclo organización y movilización para resistir, detener el horror y practicar, cada quien a su modo, en su lugar, las nuevas formas de hacer política. Hoy, como ayer, se trata también de defender a los zapatistas y al zapatismo como iniciativa política, al lado del subcomandante insurgente Galeano.