La concentración provocó la suspensión de visitas al trofeo
15 mil efectivos de la policía y Fuerzas Armadas en la Operación Copa
Miércoles 28 de mayo de 2014, p. a10
Brasilia, 27 de mayo.
La policía dispersó con gases lacrimógenos una manifestación pacífica contra el Mundial, protagonizada por indígenas y miembros de movimientos sociales frente al estadio mundialista de Brasilia.
A solo 16 días del inicio de la Copa, policías del Batallón de Choque lanzaron gases contra cerca de un millar de manifestantes, incluidos niños y ancianos, para impedir que se acercaran al estadio Nacional Mané Garrincha, que acogerá varios juegos de la justa.
Algunos de los que protestaban respondieron lanzando piedras contra los cerca de 500 agentes que rodeaban el estadio.
Antes, cerca de medio millar de líderes indígenas de 100 etnias de Brasil –incluido el jefe indígena Raoni, de 84 años, gran defensor de la Amazonia– subieron al techo del Congreso en reclamo de políticas para sus pueblos.
Subir al Congreso fue un acto de valor, muestra que somos guerreros y defendemos nuestros derechos
, dijo Tamalui Kuikuru, de la región del Xingú de Mato Grosso.
Los indígenas, quienes llegaron luciendo sus pinturas, plumas, arcos y flechas tradicionales recorrieron la gran avenida en la que se encuentran los ministerios y luego se sumaron a varios cientos de manifestantes antiCopa y del movimiento de los sin techo que marchaban hacia el estadio.
En el Mané Garrincha se encuentra el trofeo del Mundial, en exhibición para el público, pero la manifestación alrededor del estadio provocó la suspensión de las visitas.
¿La Copa es para quién? ¡No es para nosotros!
, clamaba antes de los enfrentamientos con la policía un manifestante por un altavoz. La Copa no la quiero, deseo ese dinero para salud y educación
, gritaba.
Antes de hacer Copa del Mundo, Brasil debía pensar mejor en la salud, la educación, la vivienda. No se gastan tantos millones para un evento que no trae beneficios
, dijo el indígena Neguinho Truká, de la etnia Truká de Pernambuco.
Los indígenas han multiplicado sus protestas en la capital durante el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, a la que acusan de frenar la demarcación de sus tierras ancestrales y de favorecer a los grandes agricultores.
La manifestación ocurre en un contexto de protestas contra la Copa del Mundo y huelgas en varios sectores a las puertas del Mundial, que se realizará del 12 de junio al 13 de julio.
Una huelga de conductores de autobuses paralizó este martes Salvador, una de las 12 ciudades sede del Mundial, y la policía fue reforzada para garantizar la seguridad de las unidades en circulación.
Los trabajadores del metro de Sao Paulo, que transporta cada día a 4.5 millones de personas, decidirían este martes si inician la huelga.
Por otro lado, al menos 15 mil efectivos de la policía y las Fuerzas Armadas brasileñas estarán a cargo de la seguridad de Brasilia, capital de este país, durante la Copa del Mundo.
El secretario de Seguridad Pública, coronel Paulo Roberto Oliveira, dijo a periodistas que la llamada Operación Copa comenzó el pasado viernes en el Distrito Federal y se extenderá hasta el 18 de julio.