La Diputación Permanente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó dos puntos de acuerdo para reforzar en las escuelas primarias y secundarias de la ciudad de México las medidas para prevenir y erradicar el bullying (acoso escolar).

Los diputados exhortan a la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal a divulgar sistemáticamente los lineamientos generales por los que se establece un marco para la convivencia escolar en las escuelas de educación básica, con el objeto de que todo el personal directivo, docente y administrativo, así como los padres familia, cuenten con los conocimientos suficientes para actuar a tiempo en los casos de acoso escolar en las escuelas.

Al razonar su voto, el diputado Daniel González Madruga señaló que el fenómeno no se va a resolver por decreto y, sin plantearnos que lo ocurrido en Tamaulipas con el niño Héctor Alejandro Méndez Ramírez, de 12 años de edad, quien el pasado 20 de mayo murió a consecuencia de las lesiones que le provocaron compañeros de la secundaria número 7 de Ciudad Victoria, no es más que nuestro espejo de obsidiana, un reflejo de cómo nos estamos comportando los unos y los otros y que lo que están viviendo los niños es nuestro espejo en esferas políticas, empresariales, televisivas y del hogar.

Cuestionó si el problema se va a frenar en las escuelas, si su solución va a ser retirar los juegos electrónicos o donde constantemente hay violencia, o si el problema está en la web o en los hogares donde sus integrantes se conducen con agresión.

El caso obliga a verlo no como un caso aislado de acoso, “sino como el producto de lo que como sistema estamos haciendo y que debemos transformar en las escuelas, donde se forma, pero en la sociedad es donde se educa.

“En la escuela sí se puede dotar de conocimientos, pero yo pregunto: ¿qué vale más, una persona que quizás tenga 10 doctorados; haya terminado todas las especialidades; sin embargo, cuando llega al restaurante es grosero con el mesero, cuando se conduce con su vecino es déspota, en las calles es estresado y atiende mal a las personas? o ¿es más educado quien quizás terminó la escuela básica pero es generoso con sus compañeros y atento con las personas?

“La educación la hacemos todos los días, en todos los espacios donde actuamos; estamos educando. Si queremos contrarrestar el bullying y esas escenas tan dolorosas, se requiere un esfuerzo en el que nos debemos unir todos en nuestros actos diarios y en nuestro comportamiento cada instante”, indicó.