Alarmado por el desbordado optimismo que envuelve a la selección mexicana de futbol, próxima a enrolarse en el Mundial de Brasil, en donde sólo se habla de ganar la justa, el ex timonel de equipos como América, Tigres, Tecos y Pachuca –siempre atento a lo que ocurre en el balompié–, Carlos Miloc, llamó a la sensatez.

Urge abrir un compás de tranquilidad, ¡dénse un tiempo para razonar!, dice, y señala que todo este ambiente le hace evocar lo ocurrido en el certamen de Argentina 1978, al que México fue con grandes expectativas, ilusionado por el ataque integrado por Hugo Sánchez, Víctor Rangel y Cristóbal Ortega. Se habló de que iban a vencer a Túnez, empatar con Alemania y con Polonia.

Sin embargo, el equipo perdió todo y sufrió la peor derrota en un Mundial: 6-0 ante Alemania: “Fue un desastre. A su regreso tuvieron que buscar una salida alterna en el aeropuerto y algunos jugadores recibieron agresiones.

“Al Gonini Vázquez Ayala le apedrearon su casa y su coche; él, Pilar Reyes y Raúl Isiordia ¡hasta tuvieron que sacar a sus hijos del colegio! Gonini me dijo que le escribían recados muy insultantes. Y fue por la euforia que desataron antes.

“La gente hoy está como en una nube, con mucha pasión que no permite analizar el momento. La eliminatoria fue, por no decir otro calificativo que pueda ofender, deficiente. Este ambiente irreal ocurre fomentado por la famoso mercadotecnia, no se llega al análisis.

“Acabo de ver la peor clasificación de México desde que tenemos vida dentro del futbol, ¡pero ya se olvidó! Creo que en Brasil el Tri sufrirá mucho.

“Pelé, cada vez que viene a promocionar una tarjeta dice que México será una piedra en el zapato de la canarinha. ¡Hombre! ‘Pele, tú vende tarjetas y deja a la gente tranquila’. Es mejor que tenga la idea de que a la selección nacional le costará mucho ganar un partido, porque contra la verdeamarela mejor ni hablamos”.

Al referirse al abanderamiento del Tricolor, el pasado lunes en Palacio Nacional, Miloc (Montevideo, 9 de febrero de 1932) dijo que Peña Nieto estuvo emocionado y se lo digo sin hacerle la barba: habló con el corazón en la mano, con determinación tremenda, pero “los otros se notaba que estaban forzadísimos. (Rafa) Márquez y los demás sabían perfectamente que estaban mintiendo, que hablaban de cosas imposibles de cumplir.

“¡O yo estoy en otro mundo o Miguel Herrera se volvió loco!, ¡tienes que ser ecuánime! A Miguel –y mire que es el ídolo de mi esposa–, lo traen como si fuera el muñeco. Está comprometido con todo el mundo, creo que ha ido por lo menos a 30 programas de televisión… Si usted vio las caras de los jugadores (en el abanderamiento) ¡estaban como si fuéramos a la conquista de otro país!”

A muchos les pareció ideal la lista de elegidos por el Piojo, pero Miloc critica: “Fernando Arce ha tenido un gran torneo, Ignacio González, defensa de León, no le pide nada a los seleccionados, la diferencia es que se viste de verde y no de amarillo… Según veo, Miguel está perfilando a Ochoa como portero titular y a los otros les está faltando su pase por el América”.

Vaticinó que en su debut, frente a Camerún, el Tri jugará como siempre, con un equipo que nunca ha jugado de conjunto. Y el cuadro africano es un equipo fuerte, físicamente bien dotado. Estará en su ambiente por el calor, clima al que está adaptado.

Elogió a Juan Carlos Medina, quien causó baja por lesión: “Él debió estar en el juego de despedida y que todo el estadio le diera un aplauso. Su honestidad de decir ‘no puedo ir’ fue hermoso detalle de un profesional, porque si no me equivoco, desde ahora le digo que Diego Costa no jugará. Ni la placenta de yegua ni una inyección cura en 20 días un desgarro.

Van a poner en riesgo a Luis Suárez si Liverpool no pone presión, con Radamel Falcao están los médicos en una carrera contra el tiempo. ¡Hay que ser como los alemanes!, se les desgarraron dos y dijeron: no van. Nada de pruebas al último día.

Y remata: Acabo de ver un amistoso de Bélgica, metió cinco goles, hay un nueve de raza negra como de dos metros. Trae una selección de primer nivel. No deben perderse de vista las distancias, porque si siguen las frases sin sentido, al regreso los jugadores mexicanos tendrán problemas, será un choque violento de circunstancias y terminarán insultando a alguien.