Fundación del país vecino busca compartir experiencias para terminar con la discriminación
Jueves 5 de junio de 2014, p. 11
La discriminación es una realidad social amorfa en la que caben millones de historias, pero en cada una de ellas la trama es la misma: una persona es atacada por otro ser humano por razones arbitrarias, que no le depara ningún beneficio al atacante, pero que deja inmensos daños sicológicos y sociales a quien es atacado, esa es una buena definición de lo que le sucede a toda minoría y dentro de este apartado, a la comunidad lésbico, gay, bisexual y transexual (LGBT), que no exige ni menos ni más que el mismo trato que se dispensa a cualquier ser humano
, afirmó Jason Marsden, director ejecutivo de la Fundación Matthew Shepard.
El odio es poderoso, no es producto de la razón, pero las fuerzas sociales pueden trabajar contra él como lo hace la comunidad LGBT en México, que tiene una fuerte presencia e incide en políticas públicas que generan igual trato para todos
, dijo Marsden a La Jornada a 16 años de haber iniciado una lucha por la defensa de los derechos de la comunidad LGBT, tras el asesinato de su amigo, Matthew Shepard, quien fue secuestrado, atado a una cerca, torturado y muerto a golpes por sus preferencias sexuales en el estado de Wyoming.
Marsden, quien mantiene una labor de cabildeo en la legislatura de ese estado en favor del reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo, vive con su pareja, el ex alcalde de Casper, Guy Padgett, en Denver, Colorado, y está de visita en México –con apoyo del gobierno Estados Unidos y de la embajada de ese país– para estrechas lazos con la comunidad LGBT y asociaciones civiles que luchan contra la discriminación en todas sus formas.
Queremos conocer otras experiencias de lucha y compartir lo que hemos aprendido en cuanto al trabajo con la comunidad y el desarrollo de entendimiento entre quienes pensamos distinto. Traemos nuestros puntos de vista a la comunidad homosexual. Sabemos que esta comunidad es particularmente fuerte en las ciudades, pero confiamos en que este esfuerzo de conciliación, de entendimiento, se extienda a otros estados
, dijo.
Llamó la atención sobre el hecho de que prácticamente ningún país en el mundo tiene una clara política para tratar el tema de la homosexualidad, de aquellos que se sienten amenazados en sus lugares de origen y buscan asilo en otras naciones, y que al mismo tiempo restringen, de manera velada o abierta, las oportunidades de empleo o de desarrollo en general a la comunidad LGBT.
Cuando escucho que a estas alturas de la historia de la humanidad la palabra homosexual se sigue usando con una connotación negativa, no puedo menos que sorprenderme y entiendo que el camino hacia la comprensión y respeto mutuos, es aún largo
, apuntó Marsden.