Las Patronas
oco acostumbradas a los reflectores y al escrutinio público que, dicho sea de paso, comenzaron sin la menor intención de alcanzar notoriedad pública, Las Patronas de Amatlán, aquel grupo de humildes mujeres que de su peculio auxilian sin mayores expectativas a empobrecidos inmigrantes centroamericanos en su viaje al sueño americano, son inmejorable ejemplo de la existencia de personas plenas de buena intención que encuentran propósitos existenciales más allá de la acumulación de riqueza o la búsqueda del bienestar personal o familiar.
Las Patronas no buscaron ser las protagonistas de la triste historia que a diario contemplan desde las orillas de las vías férreas. Acuden desde hace casi 20 años ininterrumpidos a mitigar el hambre y la sed a los cientos de miles que a diario enfrentan, en su incierto y peligroso viaje a Estados Unidos, la agresión del crimen organizado, la extorsión de autoridades corruptas y el riesgo de perder la vida a bordo de La Bestia.
Estas amas de casa se encuentran de frente, casi a las puertas de sus viviendas, con la desolación y la incertidumbre de quienes a bordo del ferrocarril de carga dejaron atrás familias y terruño, tras ser despojados de toda esperanza en sus países de origen.
Las Patronas estuvieron el miércoles en Xalapa para sostener un encuentro con la comunidad universitaria, a la que relataron los orígenes de una odisea personal que mantienen vigente, pese a que para ellas mismas representa poner de su bolsa
lo que ofrecen, como alimentos, en ocasiones hospedaje y hasta palabras de aliento a personas que difícilmente volverán a ver algún día.
Para Norma, Rosa y Antonia Romero, Guadalupe González, Lorena y Teresa Aguilar y las demás Patronas no hay mejor homenaje –mucho más estimable que el premio nacional de los derechos humanos, reconocimientos en otros países u otros similares– que las palabras y miradas de agradecimiento de los humildes viajeros cuando ven apaciguada su hambre y sed.
Vaya desde este espacio un reconocimiento a estas mujeres que con su labor le dan sentido a la humanidad.