Madrid, 11 de junio.

Vamos a la huelga porque estamos defendiendo el pan de nuestra familia y no vamos a permitir que unas autoridades torpes y golfas (corruptas), o gente que no cotiza ni es legal nos lo quite, aseguró uno de los miles de taxistas que respaldaron la primera jornada de paro masivo del sector en varios países de Europa. La protesta fue convocada en rechazo a una aplicación de teléfono celular, Uber, que sirve para comunicar a personas que quieren compartir un vehículo, pero que en realidad la utilizan los taxis piratas para robar clientes a los legales.

Uber es una aplicación para celular diseñada hace cuatro años en el centro operativo internacional de las nuevas tecnologías de Silicon Valley, California. Uber, valuada en 18 mil 200 millones de dólares la semana pasada, se ha expandido rápidamente desde que fue lanzado por dos emprendedores tecnológicos, Travis Kalanick y Garrett Camp, y ahora opera en 128 ciudades de 37 países. Uber asegura que su aplicación y sus conductores cumplen con las regulaciones locales.

Su creación, pero sobre todo su puesta en marcha en algunas ciudades, ha provocado un auténtico desastre en la economía de decenas de miles de taxistas, quienes advierten del uso fraudulento de la aplicación y que ha servido para fomentar la intrusión en el sector al margen de la ley y, por tanto, del fisco.

Esta aplicación tecnológica fue detonante de un hito en la historia de la movilización social de los taxistas europeos, que respaldaron de forma mayoritaria un paro de 24 horas el mismo día. Apenas hubo taxistas que se negaran a respaldar el paro en Londres, Roma, París, Berlín, Hamburgo, Milán, Florencia, Madrid, Barcelona y Bruselas, entre otras. Es decir, las metrópolis más populosas y grandes de la región.

Un taxista de Madrid explicó a La Jornada los motivos de su indignación: yo compré esta licencia de taxi por 180 mil euros (tres millones y medio de pesos). Hipotequé mi casa y gasté todos mis ahorros, incluida la indemnización que me dieron tras despedirme de mi anterior trabajo, para buscar una manera de darle de comer a mi familia. Y lo que no puedo hacer es quedarme de brazos cruzados mientras gente que actúa de forma ilegal me quita mis clientes mientras las autoridades miran hacia otro lado.

Además, este trabajador lamentó que desde la irrupción de la crisis económica en España, en 2009, cada vez hay menos trabajo y es más difícil llegar a fin de mes. Antes, para ganar mil 500 euros trabajaba una media de 12 horas diarias, ahora tengo que hacer una media de 17 para poder llevar comida a la mesa. Y ahora con el mentado Uber estoy seguro que todo empeorará, añadió.

Este es un asalto a nuestra profesión, a nuestro sustento, dijo Max Small, conductor de uno de los taxis negros de Londres por más de 30 años. Estas grandes empresas no juegan con las reglas, declaró a la agencia Reuters.

En esto coinciden los taxistas barceloneses, parisinos y británicos, quienes acusan a la empresa que comercializa la aplicación telefónica de no respetar las normas y jugar con más ventaja que los trabajadores legales que sí pagan impuestos.

Los representantes de las agrupaciones de taxistas señalaron que hay unión entre ellos, y dijeron que el seguimiento de la huelga fue masivo, sólo en Madrid fue superior a 95 por ciento, lo que provocó que fuera imposible encontrar este tipo de transporte en el transcurso del día. En las ciudades italianas de Milán y Nápoles, más de cinco mil trabajadores participaron en las protestas y anunciaron la interrupción del servicio durante el día, excepto para ancianos, enfermos y discapacitados.

Al manifestarse en las calles de esta capital, los taxistas bloquearon el tránsito del Paseo de la Castellana, lo que desató el caos vial en toda la ciudad. Marcharon detrás de una pancarta en que se leía: contra el intrusismo en el taxi y la economía sumergida. Uber ilegal.

Los taxistas de Madrid, al igual que de la mayoría de las ciudades europeas, reclaman a sus respectivas autoridades municipales que regulen o prohíban un sistema que, desde su punto de vista, facilita el fraude y pone en riesgo miles de puestos de trabajo. Sólo entre la capital española y Barcelona se calcula que hay más de 30 mil taxis, de los que viven más de 40 mil familias.

Uno de los momentos más tensos de la protesta ocurrió cuando un grupo de taxistas reconocieron a dos de los supuestos taxistas piratas y los enfrentaron hasta prácticamente destruir sus vehículos.

Los conductores de cientos de taxis en Londres entorpecieron el flujo vehicular en las calles alrededor de la plaza de Trafalgar, haciendo sonar sus bocinas al pasar por Downing Street, donde se ubica la residencia del primer ministro, David Cameron, y por el Parlamento.

Los taxistas en París afectaron el tránsito en las arterias con destino al centro de la ciudad. En Berlín, cientos de trabajadores obstruyeron la vía principal al centro histórico de la ciudad, mientras viajeros hacían malabares en autobuses y trenes, refirió la agencia Reuters.

Hasta ahora el único gobierno que ha impuesto medidas para regular el uso de la aplicación es la Generalitat de Cataluña, que informó a las plataformas que distribuyen esta herramienta por Internet que deben cesar de forma inmediata su actividad. A lo que las empresas afectadas respondieron: Uber no es enemigo de los taxistas, simplemente es una aplicación móvil que pone en contacto a usuarios que buscan fórmulas de consumo colaborativo y desplazarse de manera más económica. Los que piden su proscripción sólo quieren mantener al sector en un estado inmóvil y cerrar las puertas a nuevas alternativas al consumidor.

El presidente de la Gremial del Taxi en España, Julio Moreno, explicó que además de mantener la lucha en la calle y en los despachos para lograr su objetivo, también repartieron folletos entre los viajeros en aeropuertos y estaciones de tren para informar sobre los efectos devastadores de esta aplicación en el sector.

Agregó que el seguimiento de la huelga fue de ciento por ciento. Julio Sanz, presidente de la Federación del Taxi de Madrid, dijo que se repartieron folletos a los viajeros en el aeropuerto y en las principales estaciones de la capital para que conozcan los problemas que afronta el sector ante la competencia desleal de Uber.

El asunto es tan grave que tuvo que intervenir, desde Bruselas, la responsable europea de la Agenda Digital, Neelie Kroes, quien no sólo defendió la aplicación como parte de la política de la economía colaborativa, sino que también les advirtió que a pesar de la huelga Uber seguirá funcionando. La tecnología está cambiando muchas facetas de nuestras vidas y no podemos abordar retos ignorándola, haciendo huelga o tratando de prohibir las innovaciones, dijo Kroes.