La fiscalización de las cuentas públicas del Ejecutivo federal ha caído en desuso, mientras la elaboración del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) carece de elementos de análisis para asignar recursos o retirarlos de los programas aplicados por los tres órdenes de gobierno.

Muestra de la parálisis en la revisión del gasto gubernamental se observa en el inexplicable retraso, promovido por el PAN, de la fiscalización de siete cuentas públicas de los gobiernos de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa.

Frente a esa evidencia, el diputado Carol Antonio Altamirano (PRD) demandó a la Junta de Coordinación Política de San Lázaro atender las denuncias de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), porque se configura el “pago de favores entre el PRI y el PAN con el propósito de no tocar a sus correligionarios corruptos.

El auditor especial de desempeño de la ASF, Roberto Salcedo Aquino, lamentó la calendarización que rige la revisión y análisis del gasto público en la Cámara de Diputados.

El pasado 30 de abril nos dieron la Cuenta Pública 2013, y el informe del resultado, es decir, nuestra revisión, la entregaremos a más tardar el próximo 20 de febrero. Para esa fecha ya se habrá aprobado el PEF 2015, sin posibilidad alguna de que el informe de fiscalización pueda aportar elementos para la discusión del gasto público.

Entuerto legislativo

Al ofrecer la conferencia magistral Marco normativo y avance de la metodología de las auditorías de desempeño, el funcionario apuntó a los diputados –quienes tienen la atribución de modificar el marco jurídico del Congreso– para que resuelvan el entuerto legislativo que impide mayor trasparencia en el manejo de los recursos públicos.

Si el propósito de todo este proceso es que mejoremos cada nuevo ciclo, ¡mejoremos las cosas! Así como está el calendario y el problema de la dictaminación, no tenemos los resultados que deseamos.

Salcedo Aquino también cuestionó el estado en que se encuentra la revisión y dictaminación de siete cuentas públicas (de los años, 2003, 2004, 2005, 2006, 2010, 2011 y 2012), correspondientes a los gobierno panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.

Con claridad, el auditor argumentó que postergar la discusión en la Cámara de Diputados para emitir un dictamen sobre la rendición de cuentas y la fiscalización implica dos temores: que la opinión pública este politizada por las contiendas partidistas coyunturales y que los funcionarios que aplican el gasto sean evaluados con base en resultados.

Los recursos pudieron gastarse correctamente, pero sin obtener resultado alguno. Entonces, el informe de la ASF es para que tomen conciencia de si estamos logrando los resultados que deseamos, y cuando se discuta el siguiente presupuesto tengan los elementos de la fiscalización y puedan asignar fondos a los programas que están funcionando

De tal forma, Carol Antonio Altamirano consideró necesario que la Junta de Coordinación Política responda “al llamado de atención de la ASF y tome las medidas pertinentes para que se discuta la aprobación o no de las cuentas públicas de los sexenios panistas.

“Espero que apruebe un método transparente y ágil, que permita discutir las cuentas públicas pendientes, para que no sea un intercambio de favores; esto es, que el PRI se olvide de dichas cuentas para que en su momento no se toquen las de Peña Nieto. Existe la sospecha de que el PRI, que ha presidido las comisiones de Presupuesto –donde se aprueban los respectivos dictámenes antes de enviarlos al pleno–, no quiere abordar el tema. Que las cuentas públicas no se mantengan en la congeladora a cambio de que el PAN vote las reformas del Presidente. Deben discutirse con transparencia y legalidad.”