Nada de lo que ocurre en política interesa en Brasil, sólo el Mundial
Un favorito menos en el camino, pero surgió, inesperadamente, un rival más poderoso
Jueves 19 de junio de 2014, p. 5
Río de Janeiro, 18 de junio.
El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff anunció que extenderá el programa de beneficios fiscales que favorecen a la industria nacional hasta finales de 2015. Prorrogar ese programa es un intento claro de mejorar el diálogo entre gobierno y sector empresarial.
Los primeros datos oficiales indican que en junio la inflación seguirá bajando en Brasil. La noticia podrá favorecer la candidatura de Dilma Rousseff a la reelección en octubre.
El principal candidato de la oposición anunció formalmente que el martes, 30 de junio, dará a conocer el nombre de su vicepresidente.
Hay esas y muchas otras noticias de variados géneros. Por ejemplo: hoy, la Bolsa de Valores de Sao Paulo alcanzó su más alto nivel desde octubre del año pasado.
Pero, sinceramente, ¿a quién –a no ser los directamente involucrados– les interesan esas cosas?
Mucho más impacto tuvo la noticia de que la Cámara de Concejales de la ciudad de Sao Paulo vetó la propuesta del intendente municipal, que pretendía decretar feriado cada día que la selección brasileña dispute un partido. El tránsito volverá a ser absolutamente caótico, provocando ira e irritación en los moradores. ¡Vaya falta de sensibilidad cívica! Y luego se quejan de tener una imagen tan negativa junto a la población…
Nada de lo que ocurre en Brasil interesa a nadie, excepto a unos pocos despistados, interesados en determinados temas. ¿Que subió la bolsa? Dale, pero mucho más importante que especular con acciones es especular cuál será el adversario más conveniente para nosotros en la próxima etapa del Mundial.
Así que el candidato de la oposición anunciará en algunos días el nombre de su compañero de lista… ¿Y a quien interesa semejante misterio? Mucho más importante es saber qué cambios Felipao hará en la selección, si es que hará alguno.
Lunes será nuestro día de enfrentar a Camerún. Un empate nos lleva a la próxima fase. Pero nos conviene obtener un saldo elevado de goles, así que no basta ganar: hay que lograr una buena diferencia. Ese mismo día, y a unos cuántos miles de kilómetros de distancia, mexicanos y croatas disputan la otra plaza del grupo A. ¿Qué nos conviene más, terminar esta fase en primero o segundo lugar en el grupo? Considerando los demás grupos, ¿qué nos interesa más?
Y pensar que hay unos cuantos preocupados por la bolsa de valores o por medidas presidenciales para beneficiar a la industria nacional… Lo que interesa, de nacional, es la selección. Luego trataremos de industria.
La verdad es que muchos brasileños trataron hoy de distraer un poco el pensamiento para olvidar el empate del martes. Y, lo sabemos todos, si para curar males de amor, nada mejor que otro amor, para curar males de un juego nada mejor que otro juego. Y los de este miércoles han sido pródigos en emociones. La valentía de australianos frente a los holandeses, por ejemplo, sirvió para entusiasmar a la distinta platea plantada delante de televisores por todo el país. El árbitro argelino, que se inventó un penal inexistente contra Holanda, se transformó en tema de chistes y bromas.
Luego, por la tarde, otro regalo: la forma con que Chile despachó de regreso a casa y por vía expresa a la España campeona de 2010, nos dio una mezcla de sensaciones encontradas. Ver a los españoles, que llegaron considerados uno de los favoritos para el Mundial, aplastados en la cancha ha sido un alivio. Pero Chile sorprendió no sólo por la victoria, sino también por su juego aguerrido. Resultado: un favorito menos en el camino del título, pero surgió un rival inesperadamente más poderoso de lo previsto. ¿Y ahora?
La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de darle razón a los fondos especulativos frente a Argentina preocupa, y mucho. No sólo por los efectos que tal decisión podrá ejercer sobre Brasil, pero sobre todo por lo que podrán afectar a Di María, Messi y compañía. ¿Tratarán los argentinos de demostrar en la cancha, frente a dos adversarios teóricamente más débiles, Irán y Nigeria, toda su indignación? ¿Estarán de tal manera preocupados con la situación de las reservas en divisas de su patria que permitirán que iraníes y nigerianos se transformen en otra Costa Rica?
De pensamiento en pensamiento, casi olvido de contar que en el centro de Río existe una calle angosta, pero importante llamada Uruguay. Y que desde hace dos días los carteles indicando su nombre fueron cubiertos por otros, pintados a mano: calle Costa Rica, se llama ahora. Por lo menos, hasta que la municipalidad le devuelva el nombre original.
¿Y los chilenos, que de la noche a la mañana se adueñaron de Río, suplantando hasta a los argentinos en su bullicio?
Por donde quiera que se camine en Copacabana e Ipanema, se tropieza con extranjeros a cada tres pasos. Y surgidos como hongos en el bosque después de la lluvia, surgieron chilenos por toda parte. Hoy, en Maracaná, había una marea roja. Y para que la invasión chilena no se quedara en figura de retórica, varios de ellos invadieron –literalmente– el estadio, tumbando un alambrado y apoderándose del centro de prensa, destrozando vidrios y asustando a los periodistas. Para contenerlos ha sido necesario llamar a la policía y 88 fueron arrestados.
Por la noche, el ministerio de Justicia anunció que serán deportados. Además, se convocó una reunión de emergencia, en Brasilia, entre los responsables por el esquema de seguridad de los estadios y representantes de la inevitable FIFA. Había quedado asentado –otra de las exigencias absurdas de la misma FIFA, y que el gobierno brasileño absurdamente acató– que la seguridad en el interior de los estadios quedaría en manos de empresas del ramo. La policía se encargaría del entorno y de las calles. Resultado: 30 por ciento de los guardias privados contratados no dieron el aire de sus gracias, hubo invasiones en varios estadios y lo del miércoles, en Maracaná, ha sido la gota que colmó el vaso. A partir de ahora, la policía estará dentro de los estadios. Así de simple.
¿Qué más? Ah, sí: en Maracaná, Chile, por primera vez en la historia, derrotó a España (en los 10 juegos anteriores hubo dos empates y ocho victorias de España).
Bueno, bueno: logré llegar hasta aquí sin mencionar a México, sin nombrar a Guillermo Ochoa, sin preguntarme en público qué diablos hará Brasil de ahora en adelante. La verdad es que me siento un poco mejor de la resaca atroz que me consumió buena parte del día.
Sí, sí, es verdad: males de amor se curan con otro amor, males de futbol se curan con otros partidos. A ver hasta cuándo.