El SIN concentra en El Paso a 110 niños para sacarlos del país
Pese a riesgos, adolescentes insisten en cruzar
Refugio de Matamoros recibió a 208 en mayo
Jueves 19 de junio de 2014, p. 30
Matamoros, Tamps., 18 de junio.
Niños y adolescentes mexicanos deportados por autoridades de Estados Unidos llegan a esta ciudad fronteriza con daños fisicos y emocionales e ingresan a refugios temporales, pero no abandonan la idea de emigrar.
Provenientes de San Luis Potosí, Tabasco, Veracruz y Michoacán, entre otros estados, partieron hacia el norte sin compañía de un adulto y, tras internarse sin documentos al vecino país, por el río Bravo o el desierto, fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza.
Ya en territorio mexicano, los deportados (90 por ciento varones) ingresan a un albergue del sistema municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), donde reciben alimentos y atención medica. En abril pasado llegaron 171 menores, y en mayo, 208.
Ismael Duque Sierra, director del Centro de Atención al Menor Fronterizo de Matamoros, explicó que el área jurídica del DIF se encarga de buscar a los familiares de los menores.
Se habla mucho con ellos. Se les hace ver los riesgos a los que se expusieron al viajar solos; les compartimos información delicada para que entiendan que no deben cruzar otra vez
.
En abril uno de los adolescentes deportados llegó al Centro de Atención al Menor Fronterizo con lesiones en las rodillas y las piernas tras caminar por el desierto junto a su madre, quien también fue capturada por la Patrulla Fronteriza y deportada.
Fue muy sorprendente escuchar lo que vivió, cómo avanzó a gatas durante dos horas en el monte; por eso tenía esas escoriaciones
, comentó Duque Sierra.
Pese al esfuerzo de las autoridades locales para que niños y adolescentes desistan, los varones no abandonan la idea, sobre todo porque es la única manera de rencontrarse con sus familias y trabajar.
Un estudio del Colegio de la Frontera Norte (Colef), con sede en Matamoros, reveló que un alto porcentaje de los menores deportados desea regresar al norte, sin importar los riesgos.
Óscar Misael Hernández, investigador del Colef, se entrevistó en el albergue con 35 menores migrantes, 25 varones y 10 mujeres, de entre 14 y 17 años.
Cruzar la frontera de manera indocumentada representó para los menores aislarse de sus emociones, mostrar valor, resistencia, dureza y desafío ante otros, adultos incluidos. La mayoría respondieron que planeaban volver a cruzar la frontera
. Para ellos, cualquier riesgo es soportable antes que ser repatriados.
Hasta seis años de cárcel a reincidentes
Rubén Villalpando Corresponsal
Ciudad Juárez, Chih.,18 de junio.
Entre el 14 y 15 de junio, unos 400 indocumentados que serán deportados llegaron vía aérea a El Paso Texas, procedentes de San Antonio, Houston y Dallas. Entre ellos hay 110 niños de entre uno y 10 años de edad.
Remitidos por el Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) de Estados Unidos, los migrantes, la mayoría centroamericanos, viajan esposados si tienen 15 años o más. Si ya han sido deportados y reincidieron enfrentan condenas de uno a seis años de prisión.
Leonor es una de las detenidas. Madre de cuatro hijos, sin trabajo, sin dinero y sin marido, sueña con un empleo donde sea, en una casa, en el campo o en una fábrica, pero como no tiene documentos pronto será deportada y buscará ayuda para regresar al Distrito Federal, de donde salió hace cuatro años.
Relató que viajó a Chicago con una prima. “Crucé por Juárez con ayuda de un pollero. Lo feo fue que llegué en temporada de frío, con temperaturas que yo no conocía, de 20 grados centígrados bajo cero, pero por medio de la Iglesia conseguí un trabajo en una casa cuidando a un matrimonio de ancianos españoles.”
Cuenta que ahorró y logró que sus hijos viajaran a Estados Unidos con ayuda de miembros de la comunidad católica. Sin embargo, el domingo fueron detenidos por autoridades de migración y también serán deportados.