Xherdan Shaqiri, la gran esperanza de la selección suiza
asustan: Patrice Évra
Viernes 20 de junio de 2014, p. 9
Río de Janeiro, 19 de junio.
Francia y Suiza se medirán este viernes en el estadio Fonte Nova de Salvador, en su segundo partido de Brasil 2014, con la posibilidad de certificar su pase a los octavos de final del Mundial, donde ambos suman tres puntos al ganar sus respectivos duelos inaugurales del grupo E ante Honduras y Ecuador.
El equipo de Didier Deschamps sorprendió en el debut con un contundente triunfo 3-0 ante Honduras con dos goles de Karim Benzema y uno de Antoine Griezmann.
Sin embargo, el técnico Didier Deschamps trata de restarle algo de presión al delantero Karim Benzema: No quiero que comience a pensar que está en una misión y que todo depende de él. Eso no es bueno. Todos creen en él, pero él debe seguir siendo el mismo y no pensar que lo que haga marcará la diferencia
, anotó el estratega.
Los Bleus esperan contar con Yohan Cabaye, quien se recupera de molestias en la ingle. El centrocampista del París SG debió salir durante el duelo ante Honduras y no entrenó con el equipo en días recientes.
El ánimo de los jugadores es completamente distinto al de hace cuatro años, cuando disputas internas en el equipo provocaron una pronta eliminación de los franceses en Sudáfrica.
Tras dos años de silencio, volvió a tomar la palabra el líder de aquel motín sudafricano, Patrice Évra. Queremos llegar lejos. Ninguno de los muchachos desea que esta aventura se termine rápido. Me alegro como un chico de poder estar en este Mundial
, dijo el defensa nacido en Senegal, y recalcó que en el equipo las cosas marchan tan bien que asustan
.
Suiza también llega con confianza al segundo partido mundialista tras vencer a Ecuador, pero el conjunto del alemán Ottmar Hitzfeld afronta ahora un reto más duro ante Francia, ex campeona del mundo.
Mucho dependerá para ello de Xherdan Shaqiri, el jugador del Bayern Munich, de 22 años, estrella en su casa y arquitecto de la remontada ante Ecuador (2-1).
Trueque del destino
En tanto, Ecuador y Honduras de enfrentarán en el Arena de Baixada de Curitiba, en un partido que significará el adiós al torneo para el perdedor y que, en caso de empate, los dejará a ambos al borde del abismo.
El choque es fratricida, no sólo por tratarse de dos equipos de América Latina, sino porque, en una especie de trueque del destino, cada técnico dirigió al ahora rival en el pasado en un Mundial.
Los dos entrenadores, Reinaldo Rueda, de Ecuador, y Luis Fernando Suárez, de Honduras, son colombianos y comparten una mismo esquema: el 4-4-2 clásico, con especial énfasis en la disciplina táctica y el cuidado en el manejo del balón, con lo que buscan amainar las limitaciones que pudieran tener sus jugadores.
Teóricamente, los ecuatorianos tienen colectiva e individualmente mejor trayectoria. Pero los hondureños son potencia en Centroamérica y también tienen lo suyo, especialmente ante rivales con los que las distancias son cortas.
Honduras no cuenta con victorias en sus tres participaciones mundialistas, mientras que Ecuador sólo ha asistido a Corea-Japón 2002 y Alemania 2006, donde avanzaron de la primera fase y ahora buscarán mejorar.