En el último año de gobierno de Felipe Calderón el gasto público tuvo un reducido impacto en el crecimiento económico por la mala planeación, la rigidez en el uso de los recursos y el manejo discrecional de la Secretaría de Hacienda.

La Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados entregó las recomendaciones a la Auditoría Superior de la Federación (ASF), para que analice la política de gasto durante el sexenio calderonista.

En el documento se revela el crecimiento de la deuda pública por arriba del producto interno bruto (PIB) como un riesgo para las finanzas públicas. La deuda del sector público federal, refiere el texto, pasó a representar 22.5 por ciento del PIB en 2006 a 35.5 en el último año del sexenio que gobernó el PAN. También, el cálculo del costo del rescate bancario ascendió a 1.8 billones de pesos, mientras la recuperación carretera se incrementó en 188 mil 708 millones de pesos, en 2012.

En la fiscalización de la cartera crediticia, producto del rescate a las Sofoles hipotecarias, realizado a través de la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), se detectaron elevados traspasos de cartera de intermediarios financieros no bancarios a la SHF.

Así, de la cartera total de la citada sociedad se detectó un incremento de 60 mil 604 millones de pesos.

En lo relacionado al sistema pensionario, la revisión de la Comisión de Vigilancia detectó tres hechos relevantes:

La existencia de un déficit actuarial del sistema pensionario de 5.6 billones de pesos. Precarias pensiones otorgadas por las cuentas de ahorro para el retiro. La ASF determinó a valor presente neto que un trabajador que cotiza en el seguro social conseguiría una pensión mensual de 2 mil 719 pesos, lo que representa 35 por ciento de su salario de cotización mensual; en tanto, un trabajador que cotiza al Issste conseguiría una pensión mensual de 5 mil cinco pesos, lo que representa 64 por ciento de su salario básico de cotización mensual.

Se encontró que los pasivos laborales significan 40 por ciento del producto interno bruto y, por tanto, una enorme presión para las finanzas públicas cuya estabilidad se pone en riesgo futuro.