En la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) hay un personaje que representa a todos los alumnos. No es la mascota oficial ni un dirigente estudiantil.

Se trata de Mau, protagonista de una historieta independiente creada por alumnos de la unidad Azcapotzalco, cuyo argumento se elabora a partir de las anécdotas de éstos. Los jóvenes las envían a través Facebook, donde Mau tiene casi cinco mil seguidores, y se relatan las experiencias comunes de un estudiante común, como perseguir el microbús para ir a la escuela, las filas en la cafetería o el temible fin de trimestre.

Mau surgió hace más de un año como parte de una ola de oposición a Uamito, botarga con forma de pantera que fue presentada como mascota oficial. De hecho, debido al rechazo que provocó, las autoridades de la UAM Azcapotzalco han convocado a un concurso para escoger una nueva mascota; sin embargo, el creador de Mau, Joshua Hernández, estudiante de diseño, dice que pese a que su personaje es popular en la universidad, no podría convertirse en la mascota, pues dejaría de ser la voz de los alumnos y se convertiría en la de las autoridades.

Después de Mau nacieron Mua, Uma, Amu y Aum, otros personajes que representan al resto de las unidades de la UAM. Mau se ha convertido en un factor de identidad en nuestra escuela. La historieta tiene una labor social, porque a través de la narrativa gráfica se demanda, exige y da voz a los alumnos, señala Joshua, quien es integrante del colectivo Historietas Contracorriente, formado por estudiantes de distintas unidades de la UAM que hacen historietas.

Otra de las historietas en la UAM es Fausto el filósofo, de Óscar Carbajal, alumno de la unidad Iztapalapa. El proyecto se aboca a problemas como la identidad, el tiempo, el escepticismo y la cotidianidad de un alumno de filosofía, quien se enfrenta a la búsqueda de empleo o a la incomprensión de su familia porque estudia algo que no sirve para nada.

Lu Soriano y Torodoko también dibujan. Lu hace caricatura política y entre otras cosas ha dibujado a los rectores de la universidad. Ella cree que la historieta se ha dejado de lado en México y que hacen falta moneros. Y además se piensa que sólo la hacen los hombres, pero no es así. A mí me gusta mucho y creo que es la forma más sencilla de hacer llegar las ideas a todos, agrega.

Torodoko –seudónimo de Jesús Sánchez Quiñones– señala que la historieta es un medio que va más allá del entretenimiento; sobre todo, dice, es una actividad de comunicación. Creo que hay publicaciones tremendamente serias a las que se acerca sólo un tipo de personas, y en el otro extremo están los memes, que nada más divierten. La historieta es una respuesta a esos extremos.

Eduardo Mendoza, quien acompaña al colectivo y es recién graduado de sociología en la UAM, considera que la relevancia de la historieta universitaria radica en que es un producto comunicativo fundamental. Y la crítica que hacemos no está en contra de la institución, sino a la forma en la que ha sido manejada por quienes están en ella.

La próxima semana estos y otros moneros de la UAM estarán en el primer Festival de cómic universitario independiente, que se realizará el jueves y el viernes en la unidad Iztapalapa.