Río de Janeiro, 23 de junio.

Jürgen Klinsmann, entrenador de la selección de Estados Unidos, negó terminantemente que pueda llegar a pactar un empate con Joachim Löw, su ex número dos y seleccionador de Alemania, para que ambos equipos avancen a los octavos de final cuando se enfrenten este jueves en perjuicio de los otros dos conjuntos del grupo G, Portugal y Ghana.

Tenemos un espíritu luchador y lo damos todo en cada partido. En Recife también lo haremos para intentar ganar a Alemania. Es nuestro objetivo, declaró Klinsmann.

Descartó posibilidad de arreglo con sus compatriotas cuando se le recordó el partido RFA-Austria de 1982 (1-0), al que se llamó el partido de la vergüenza porque los dos equipos son sospechosos de haber acordado un resultado que los clasificaba a los dos en perjuicio de Argelia.

Hablas de un partido que tuvo lugar hace décadas. Forma parte de la historia de Alemania, pero no de la de Estados Unidos. Si se mira al pasado del equipo estadunidense se ve que siempre intentamos que las cosas sean como tienen que ser, indicó.

Aunque sea amigo del seleccionador alemán, Joachim Löw, que era su adjunto cuando él dirigía a la Mannschaft, Klinsmann aseguró que no es momento de hacer llamadas amistosas. Jogi hace su trabajo. Somos buenos amigos y yo hago mi labor que es hacer todo lo posible para que pasemos a la siguiente ronda, agregó.

No creo que estemos hechos para los empates, a menos que suceda lo del domingo, un gol en el último segundo, dijo Klinsmann tras el 2-2 con Portugal en Manaos, el cual fue el partido de futbol más visto en la historia de EU con 18.2 millones de espectadores.

Por el lado alemán, el adjunto del seleccionador, Hansi Flick, también rechazó cualquier sospecha de arreglo. Lo que puedo decir es un no categórico. Para el defensa Mats Hummels sería antideportivo e injusto.

El resultado sitúa a estadunidenses y alemanes con cuatro puntos en la llave G, contra uno de Portugal y Ghana. Un empate clasificaría a los teutones como primeros y a EU en segundo.