uy al amanecer de este gobierno en el DF se hablaba de los problemas vehiculares y de contaminación que se sucedían sábado con sábado. El asunto es que ese día, por las razones que usted quiera, fue el que la gente escogió para salir de su casas.

Cualquiera se daba cuenta de que un sábado en el DF podría ser peor que cualquier viernes, y como en sábado el Metrobús no funciona normalmente ni tampoco el Metro, y menos aún las camionetas de transporte que se conocen como peseras, el uso del vehículo particular se convirtió en la única alternativa. No quedaba de otra.

El gobierno de la ciudad parecía entender esto y la prohibición para circular el sexto día de la semana no era, o no es, tan restrictiva como lo que sucedía todos los días. Por tanto, el aumento de los automóviles circulantes era considerable, y con ello la contaminación. Parecía increíble, cuando se platicaba, que el día con mayor contaminación fuera el sábado. La gente salía de sus casas cada ocho días, como se dice en muchos lugares, a tomar el aire, y nada más.

Esto porque el paseo no cuesta más que lo que se gasta en gasolina, y ese solo gasto implicaba no poder comprar nada más. Los aumentos constantes al precio del combustible impiden que la mayoría deje su dinero en compras que vayan más allá de comida, así que se trata de hacer del sábado un día, unas horas, en las que las familias conviven en esos intentos desesperados de la sociedad por no acabar de destruir el llamado tejido social, que tanto se mienta en los discursos políticos.

Por eso, ante el anuncio de las restricciones que aplicaría el GDF a los autos con 15 años de servicio o más se levantó, desde todas partes, una serie de protestas que con seguridad irían creciendo conforme pasara el tiempo.

No se necesitaba ser adivino para entender que el gobierno de Miguel Ángel Mancera sería susceptible a los reclamos, y de alguna manera, sin echar por tierra la medida del todo, la administración Mancera modificaría el precepto, que de todas formas resultaba peligroso, aunque los consejeros del jefe de Gobierno dijeran lo contrario.

Y sí, la norma se rectificó y con ello Mancera salvará un problema que apuntaba a dañarlo en serio. Por eso es que uno se pregunta una y otra vez: ¿en el tema del medio ambiente quién aconseja a Miguel Ángel Mancera? Ya es hora de ver de cerca los resultados de las medidas tomadas hasta ahora y realizar un corte de caja, por decirlo de alguna forma, para saber cómo andan las cosas en ese asunto.

Total, la medida se modificó, pero ya es hora de que desde alguna de las instancias de gobierno se propongan alternativas a los paseos del sábado, que hoy por hoy son sabadazos.

De pasadita

Dos para terminar: primero, poseedores de las tarjetas del centurión nos cuentan que en las últimas comunicaciones que envió la compañía a quienes han acumulado puntos por sus compras, señala que este mes podrán recibir cantidades adicionales si usan el plástico para adquirir gasolina en las instalaciones de petro seveleven. La oferta es sólo para México y nada más durante este mes. Y las preguntas surgen: ¿cómo que gasolineras de esa marca? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Ya nos la hicieron los priístas otra vez?

Y la última: si usted decide viajar por eso que se llama Vivaaerobús, porque es la línea aérea más barata, aténgase a las consecuencias. Sí, puede que sea la de menor costo, pero también es la más mala, tanto que usted nunca estará seguro de si podrá viajar el día y la hora marcados en su boleto. Pero, eso sí, la línea nunca tiene la culpa. ¿Cuántas impunidades se acumulan en el quehacer de la iniciativa privada? Vamos a ver quién es el bueno para contarlas.

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