La autora española ganó el Cervantes de Literatura en 2010
Mientras pueda seguir escribiendo no pararé, decía, y lo cumplió
Jueves 26 de junio de 2014, p. a13
Madrid, 25 de junio.
Ana María Matute, dama de pelo gris e imaginación desbordante, se fue hoy como una de las mejores novelistas de la posguerra española, con gran parte de su obra premiada y con el Cervantes, el mayor galardón de las letras en español, bajo el brazo.
De fuerte carácter, divertida y simpática, Matute fue la primera novelista en entrar en la Real Academia Española (RAE), donde desde 1998 ocupó el sillón K.
Mientras pueda seguir escribiendo no pararé porque es lo que me gusta, lo que he hecho desde que tenía cinco años y lo que me pide el cuerpo
, dijo una vez. No dejó de hacerlo hasta su muerte. Cerca de cumplir los 89 años en julio, trabajaba en una nueva obra.
Un camino, el de la escritura, que inició con pocos años. Con 17 escribió su primer libro, Pequeño teatro, aunque el primer cuento lo había plasmado sobre papel con cinco.
Esa primera novela se la llevó al entonces director de la editorial Destino, Ignacio Agustí, escrita a mano en un cuaderno de tapas de hule negro. Tuvo que pasarla a máquina para que le prestara atención. Y cuando la leyó, quedó asombrado.
La narrativa de Matute, enmarcada en un realismo de prosa lírica, estaba ya marcada en aquel entonces por los temas que acompañarían su obra a lo largo de toda su carrera: la infancia, la injusticia social, la incomunicación, la incomprensión... Y también la Guerra Civil española (1936-1939) y la posguerra.
La contienda la marcó profundamente. Tenía 11 años cuando estalló.
En muchas de sus obras quedaron patentes el trauma y las consecuencias sicológicas de la guerra. Yo todavía ahora no soporto los fuegos artificiales. Tienen el mismo sonido que las bombas
, admitió alguna vez. La vida no era como me la habían contado
. Y la contienda convirtió a una niña bien
en una roja
.
Matute nació en Barcelona, en 1925, en una familia burguesa, religiosa y conservadora. Su salud no fue buena y su tartamudez la convirtió en una niña rara. Con cuatro años casi muere.
No escribo para ganar premios, gano premios porque he escrito libros
, dijo.